"Los lanzallamas", la segunda novela de Rachel Kushner, es un retrato vibrante y audaz de dos mundos sumidos en el caos y la transformación. Ambientada en la década de los setenta, esta obra nos transporta desde el dinámico y turbulento ambiente artístico de Nueva York hasta la convulsa Italia de los años de plomo, explorando la intersección entre el arte, la política y la identidad personal a través de los ojos de su protagonista, Reno.
Reno es una joven apasionada por las motocicletas y con aspiraciones de convertirse en artista. Su llegada a Nueva York la conecta con Sandro Valera, un artista mayor que ella y heredero de una rica familia industrial italiana. A través de Sandro, Reno se sumerge en el mundo del arte neoyorquino de los años setenta, un ecosistema de galeristas sofisticados y artistas revolucionarios que buscan nuevas formas de expresión en una ciudad marcada por el declive industrial y la decadencia social.
La relación con Sandro lleva a Reno a Italia, en un momento en que el país está al borde del colapso político. El año 1977 en Italia es un período de intensa radicalización política, donde los jóvenes desafían el estado con una vehemencia que a menudo raya en el terrorismo, como el perpetrado por las Brigadas Rojas. En este contexto, Reno experimenta de primera mano las complicaciones de la lucha de clases y la turbulencia política, aspectos que se entrelazan con su desarrollo personal y artístico.
Kushner, reconocida por su habilidad para entrelazar narrativas complejas con una prosa intensa y evocadora, utiliza estos dos escenarios para explorar temas de velocidad, destrucción y creación. "Los lanzallamas" no solo es una historia sobre la juventud y el arte, sino también un examen profundo de cómo los ideales y las realidades pueden chocar de manera espectacular. La novela es un testimonio de un tiempo y un lugar, pero también es una indagación sobre cómo el arte puede servir tanto de revuelta como de refugio.
A través de Reno, Kushner articula una visión del mundo donde los personajes son a la vez creadores y destructores, y donde el deseo de arte y cambio se convierte en un reflejo del mundo en llamas que los rodea. "Los lanzallamas" es una obra que desafía y cautiva, invitando al lector a contemplar la belleza y el caos de la creación artística y la destrucción política.