En "El cuerpo", Mircea Cărtărescu nos sumerge en el corazón de su aclamada trilogía "Cegador", ofreciendo una obra magistral que redefine el panorama de la literatura europea. Esta novela, que se extiende a lo largo de 528 páginas, es un laberinto de narrativas que entrelaza lo real con lo fantástico, lo tangible con lo inimaginable, en un Bucarest que resuena con ecos de una historia rica y turbulenta.
La historia se sitúa en Bucarest durante la década de los sesenta, una época marcada por la opresión del régimen comunista. Sin embargo, para el joven Mircea, de apenas ocho años, la ciudad se convierte en un escenario de maravillas y misterios. A través de sus ojos, exploramos un mundo donde lo cotidiano se transforma en lo extraordinario. Personajes como Vasile, el chico que creció sin sombra; Maria, la niña con alas de mariposa en la espalda; y Herman, el vigilante nocturno cuyo apartamento alberga un cuadro que contiene el universo, pueblan esta narrativa vibrante y surrealista.
La prosa de Cărtărescu es un tejido de realismo mágico y poesía, donde cada capítulo añade profundidad a una Bucarest personificada y palpable, que casi se convierte en un personaje más de la trama. La historia no solo se centra en la vida bajo el yugo del Partido, sino también en cómo la memoria y la imaginación se entrelazan para formar una realidad alternativa. Las alfombras cúbicas de la madre de Mircea, que esconden secretos de Estado, o la aparición del místico Hombre Serpiente, aportan capas de misticismo y política a la narrativa.
"El cuerpo" no es solo una exploración de la historia y la cultura de Rumanía a través de los ojos de un niño, sino también un estudio intelectualmente subversivo sobre la condición humana. Con una mezcla de nostalgia, crítica social y un profundo lirismo, Cărtărescu nos ofrece un libro que es tanto un paseo por la memoria personal como un viaje a través de un universo literario sin límites. La crítica ha alabado este trabajo como un hito imprescindible, destacando su intensidad poética y su capacidad para envolver al lector en un mundo hipnótico que desafía toda categorización.
Traducido por Marian Ochoa de Eribe, "El cuerpo" de Mircea Cărtărescu no solo continúa la travesía iniciada en "Cegador", sino que la eleva a nuevas alturas de genialidad narrativa. Es, sin duda, una obra que redefine los contornos de la literatura contemporánea, invitando a los lectores a perderse en sus páginas densas y ricas en simbolismo y belleza.