Lope Félix de Vega Carpio, más conocido como Lope de Vega, nació el 25 de noviembre de 1562 en Madrid, en el seno de una familia humilde de ascendencia hidalga. Desde muy temprana edad mostró una prodigiosa aptitud para las letras, aprendiendo a leer y escribir tanto en latín como en español a la edad de cinco años. Tal era su talento que, aún siendo un niño, comenzó a componer versos y a interesarse vivamente por el teatro, una pasión que definiría toda su vida.
Estudió en la Universidad de Alcalá y más tarde en la Universidad de Salamanca, aunque no se conservan muchos detalles de su paso por estas instituciones. A lo largo de su vida, Lope se caracterizó por su enorme capacidad de trabajo y su casi inagotable producción literaria. Se estima que escribió alrededor de 1.800 obras entre comedias, dramas y piezas líricas, lo que lo convierte en uno de los autores más prolíficos de la literatura universal.
En el terreno personal, la vida de Lope fue tumultuosa y llena de vicisitudes. Se casó en dos ocasiones y mantuvo numerosos amores, muchos de los cuales se vieron reflejados en su obra. Su primer gran amor, Elena Osorio, inspiró muchas de sus primeras obras dramáticas. Tras un escándalo por difamación que lo llevó a ser exiliado de la corte, Lope se casó con Isabel de Urbina, una unión que terminó con la prematura muerte de ella. Más tarde, se unió a Juana de Guardo, con quien tuvo varios hijos, aunque su relación fue igualmente marcada por la tragedia y las complicaciones familiares.
En el ámbito profesional, Lope de Vega renovó las fórmulas del teatro español creando la "Comedia Nueva". Rechazó las rígidas normas aristotélicas que dictaban la unidad de acción, tiempo y lugar, y en su lugar propuso un teatro más dinámico y cercano a la sensibilidad del público de su tiempo. Entre sus obras más destacadas se encuentran "Fuenteovejuna", "El perro del hortelano", "El caballero de Olmedo" y "La dama boba". Estas piezas no solo muestran su habilidad para entrelazar lo trágico y lo cómico, sino que también ofrecen una aguda crítica social y una profunda exploración de las pasiones humanas.
A pesar de sus éxitos literarios, Lope de Vega también enfrentó momentos de profunda crisis personal y espiritual, particularmente tras las muertes de varios de sus hijos y de sus esposas. Estos eventos lo llevaron a ordenarse sacerdote en 1614, aunque continuó escribiendo y participando en el mundo literario. Lope de Vega falleció en Madrid el 27 de agosto de 1635, dejando atrás un legado literario monumental que ha perdurado a través de los siglos, consolidándolo como una de las figuras más importantes del Siglo de Oro español.
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