José Martínez Ruiz, conocido por su seudónimo Azorín, nació el 8 de junio de 1873 en Monóvar, España. Proveniente de una familia burguesa, su padre ejercía como abogado y su madre provenía de una familia acomodada de Petrel. Azorín fue el mayor de nueve hermanos y su infancia estuvo marcada por una educación en el colegio de los Escolapios de Yecla. Más tarde, estudió Derecho en la Universidad de Valencia, periodo en el cual empezó a interesarse por movimientos como el krausismo y el anarquismo, y comenzó su carrera en el periodismo.
A lo largo de su vida, Azorín cultivó diversos géneros literarios como la novela, el ensayo y la crítica literaria, además de incursionar en el drama. Su obra es considerada parte de la renovación literaria del modernismo europeo y está fuertemente asociada con la Generación del 98 en España. Entre sus obras más destacadas se encuentran "La voluntad" (1902), "Antonio Azorín" (1903) y "Las confesiones de un pequeño filósofo" (1904). Estos textos no solo reflejan su evolución literaria sino también una profunda introspección personal y una crítica a la sociedad española de su tiempo.
En el ámbito político, Azorín también tuvo una participación activa, siendo diputado en varias ocasiones entre 1907 y 1919 por el Partido Conservador. A pesar de sus críticas iniciales al sistema político de la Restauración por considerarlo corrupto, con el tiempo se integró más a este sistema, mostrando una evolución en sus posturas políticas hacia posturas más conservadoras.
La obra de Azorín como ensayista también es notable, especialmente en su tratamiento del paisaje español y su reinterpretación de las obras literarias clásicas. "Ruta de Don Quijote" (1905) y "Castilla" (1912) son ejemplos significativos de su habilidad para fusionar la observación del paisaje con reflexiones culturales y literarias.
Después de la Guerra Civil Española, Azorín se exilió brevemente en Francia con su esposa, Julia Guinda Urzanqui, regresando a España al finalizar el conflicto. En sus últimos años, Azorín se dedicó a escribir y a participar en el mundo literario español, siendo reconocido con varios honores y distinciones, incluyendo la membresía en la Real Academia Española desde 1924.
Azorín falleció el 2 de marzo de 1967 en Madrid, dejando un legado literario que continúa siendo estudiado y apreciado. Su enfoque en el detalle, la introspección y el paisaje cultural de España lo establece como una figura clave en la literatura española del siglo XX. Su cuerpo fue enterrado inicialmente en Madrid y más tarde trasladado a su ciudad natal, Monóvar, donde descansa en el panteón familiar.
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