Anjelica Huston nació el 8 de julio de 1951 en Santa Mónica, California, Estados Unidos, hija del renombrado director de cine John Huston y de la bailarina italoestadounidense Enrica Soma. Creció en un entorno artístico vibrante, siendo nieta del actor Walter Huston, lo que sin duda influyó en su temprana inclinación hacia las artes escénicas. Su infancia estuvo marcada por la separación de sus padres y la posterior muerte de su madre en un accidente de tráfico, eventos que tuvieron un profundo impacto en su vida y carrera.
Desde joven, Anjelica se encontró inmersa en el mundo del espectáculo, debutando en el cine con un pequeño papel en "Hamlet" (1969), dirigida por su padre. Sin embargo, sus primeros pasos en la actuación no fueron fáciles. Tras críticas devastadoras y la tragedia personal de perder a su madre, se mudó a Nueva York para trabajar como modelo, una carrera que despegó rápidamente y le proporcionó una nueva dirección en su vida.
Su regreso al cine fue marcado por la influencia de figuras significativas, incluyendo a Jack Nicholson, con quien mantuvo una relación de larga duración. No fue hasta 1985, bajo la dirección de su padre en "El honor de los Prizzi", que Anjelica realmente se destacó como actriz, ganando el Óscar a la Mejor Actriz de Reparto por su papel de Maerose Prizzi. Este éxito fue el inicio de una era dorada en su carrera, con roles que variaron desde la comedia hasta el drama intenso.
En los años siguientes, Anjelica continuó trabajando en una variedad de proyectos, incluyendo "Los timadores" (1990), por la que recibió una nominación al Óscar como Mejor Actriz, y "La familia Addams" (1991 y 1993), donde su interpretación de Morticia Addams le valió una nominación al Globo de Oro. Además de su trabajo en la pantalla, Huston también hizo incursiones en la dirección, con películas como "Bastard out of Carolina" (1996) y "Agnes Browne" (1999), demostrando su versatilidad y compromiso con el arte cinematográfico.
En reconocimiento a su impactante trayectoria, recibió el Premio Donostia en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en 1999. Además de su aclamada carrera en el cine, Anjelica también ha dejado su huella como escritora, publicando dos libros de memorias que detallan su fascinante vida y carrera, proporcionando así una ventana a la vida de una de las actrices más dinámicas y respetadas de su generación.
Anjelica Huston continúa siendo una figura prominente en Hollywood, no solo por su talento en la actuación y dirección, sino también por su capacidad para superar adversidades personales y profesionales, estableciéndose como un verdadero ícono en la industria del entretenimiento. Su historia es un testimonio de resistencia, creatividad y pasión por el arte, inspirando a futuras generaciones de artistas.
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