En "Si nos enseñaran a perder, ganaríamos siempre", Albert Espinosa nos sumerge en una colección de 19 relatos breves que exploran las profundidades y complejidades de las relaciones humanas. A través de vínculos con seres queridos —hermanos, parejas, madres— o encuentros fugaces que dejan una huella duradera —como el de un cliente con una camarera o un lector con un librero—, Espinosa desgrana situaciones límite que sacan a relucir lo mejor y lo peor del alma humana.
Los relatos son ventanas a momentos cruciales como la muerte, la pérdida trágica, enfrentamientos a vida o muerte y otras situaciones extremas como chantajes o sobredosis. Estos eventos actúan como catalizadores que desnudan emociones intensas, desde el amor incondicional hasta el odio y la envidia, mostrando cómo en el filo de la experiencia humana, los sentimientos se magnifican.
Algunas historias tienen un tono más oscuro, recordando el estilo de Stephen King, como la narración de un joven que recibe mensajes de WhatsApp del teléfono de su novia fallecida. Otras tratan temas delicados con sensibilidad, enfocándose en personajes vulnerables como una madre con Alzheimer o un joven maltratado. La diversidad de temas y emociones convierte a este libro en una montaña rusa sentimental que desafía al lector a reflexionar sobre la vida y la muerte, el amor y la pérdida, y sobre todo, la resiliencia humana.
El diseño del libro complementa magistralmente los textos. Cada relato comienza con una doble página que simula una entrada de cine, seguida por una página de citas que intercala pensamientos del propio Espinosa con los de otros autores, enriqueciendo la experiencia de lectura. Las ilustraciones al final de cada historia, en forma de fotogramas, son pequeñas obras de arte que capturan la esencia de los relatos. Con una encuadernación de tapa dura, tipo de letra grande y atractivas ilustraciones, este libro no solo es una delicia literaria sino también un objeto bello para tener y regalar.
"Si nos enseñaran a perder, ganaríamos siempre" es un testimonio de la habilidad de Albert Espinosa para contar historias que conmueven, perturban y, finalmente, conectan con el lector en un nivel profundamente humano. Con relatos que oscilan entre la ternura y el terror, Espinosa nos ofrece un espejo en el que mirar nuestras propias vidas, animándonos a enfrentar nuestros miedos y abrazar nuestras pérdidas como parte integral de nuestra búsqueda de felicidad.
