En "Confieso que he bebido", Ozzy Osbourne relata con franqueza y detalle su tumultuosa vida, desde sus humildes comienzos en Aston, Birmingham, hasta la cima del estrellato mundial como líder de Black Sabbath y posteriormente como solista. Nacido en una familia pobre donde todos dormían en una sola habitación, Osbourne encontró en la música un escape a su realidad. Su viaje no fue fácil; expulsado de la escuela sin un diagnóstico de dislexia que explicara sus dificultades, su destino parecía incierto hasta que la música le ofreció un nuevo camino.
La autobiografía no solo abarca su revolución en el mundo del heavy metal y la creación de himnos que definirían una era, sino que también expone sin reservas sus luchas personales con el alcohol y las drogas, y cómo estos excesos casi acaban con su carrera y su vida. A través de sus páginas, Osbourne comparte las pérdidas dolorosas de amigos cercanos y la constante búsqueda de redención y perdón, elementos que humanizan profundamente su relato.
Además, Osbourne no se aleja de contar con humor y una honestidad cruda las anécdotas más peculiares y a veces escandalosas de su vida, incluyendo los altibajos de su fama como estrella de telerrealidad. Este toque de humor contrasta con los momentos introspectivos y sombríos, ofreciendo una visión completa de un hombre que ha vivido al límite pero que ha sabido encontrar significado en su caos.
"Confieso que he bebido" no es solo una crónica de la vida de una estrella de rock, sino un retrato íntimo de un hombre que, a pesar de sus fallos y excesos, muestra una inquebrantable resiliencia y un deseo constante de mejorar. Osbourne emerge no solo como el Príncipe de las Tinieblas del heavy metal, sino como un individuo reflexivo que ha sabido enfrentar sus demonios y usar su experiencia para ofrecer sabiduría, a menudo de maneras inesperadas y profundas.
Este libro es esencial no solo para los fans de Ozzy Osbourne y Black Sabbath, sino para cualquiera interesado en las verdaderas historias de superación y transformación personal detrás de las figuras icónicas de la música. "Confieso que he bebido" ofrece un testimonio potente sobre la capacidad del espíritu humano para adaptarse, sobrevivir y, finalmente, prosperar, incluso frente a los desafíos más desalentadores.
