"Nosotros en la luna" de Alice Kellen es una historia que transcurre entre la magia de una noche en París y la realidad de dos vidas en constante búsqueda de significado. Rhys y Ginger, dos almas desencontradas, se encuentran por casualidad en una estación de metro parisina y comparten momentos que se convierten en un recuerdo imborrable. Ella, recién salida de una larga relación y perdida entre las sombras de Londres, lucha por recordar sus sueños. Él, un viajero incansable, busca su identidad en cada nuevo destino.
A pesar de la brevedad de su encuentro, establecen una conexión profunda, alimentada a través de correos electrónicos que atraviesan océanos y husos horarios. En ellos, se desnudan emocionalmente, compartiendo inquietudes, sueños y secretos. Esta correspondencia se convierte en el hilo conductor de una amistad que desafía la distancia y el tiempo, pero también plantea preguntas sobre la sostenibilidad del amor y la amistad en un mundo en constante movimiento.
Alice Kellen, con su prosa delicada y profunda, nos invita a reflexionar sobre el amor más allá del enamoramiento inicial. "Nosotros en la luna" no es solo una novela sobre el amor romántico, sino también sobre el amor propio y el crecimiento personal. A través de Rhys y Ginger, Kellen explora la evolución de las relaciones en el tiempo, el valor de la persistencia emocional y la importancia de encontrar nuestro lugar en el mundo.
El libro es una montaña rusa emocional, que con su narrativa fluida y envolvente, logra atrapar al lector desde la primera página. Los personajes son auténticos y sus dilemas, universalmente identificables. Kellen demuestra una vez más su habilidad para crear historias que no solo entretienen, sino que también resuenan a nivel emocional y personal, haciendo que el lector reflexione sobre sus propias relaciones y aspiraciones. Con "Nosotros en la luna", Alice Kellen confirma su lugar como una de las voces más destacadas y sensibles en la literatura romántica contemporánea.
En resumen, este libro es una oda a las conexiones humanas que trascienden las barreras del espacio y el tiempo, y un recordatorio de que, a veces, todo lo que necesitamos es mirar la luna para sentirnos cerca de aquellos a quienes amamos.