"Lo que me queda por vivir" es una novela de Elvira Lindo que nos sumerge en la vida de Antonia, una mujer recién divorciada y madre de un niño de cuatro años, en el Madrid de los años ochenta. Esta obra es un monólogo introspectivo en el que Antonia comparte sus inquietudes, miedos, ilusiones y fracasos a lo largo de su vida, reflejando la lucha interna de adaptarse a una nueva realidad y la búsqueda de su propio espacio en el mundo.
El libro es un retrato vivo de la generación del 68, marcada por desilusiones y expectativas no cumplidas. A través de una narrativa en primera persona, Lindo explora temas como la familia, la maternidad, la pérdida, la soledad y las complejidades de las relaciones humanas. Las descripciones detalladas y las reflexiones profundas de Antonia sobre su vida y su entorno, hacen de esta obra una exploración íntima de la condición humana.
Aunque la novela ha recibido críticas mixtas, destacando por un lado su belleza literaria y la capacidad de conmover, y por otro la reiteración de temas que para algunos lectores resulta pesada, "Lo que me queda por vivir" se mantiene como una obra significativa en la literatura contemporánea española. La prosa de Lindo, a menudo elogiada por su claridad y emotividad, ofrece un relato sincero y a veces doloroso de la vida de una mujer enfrentándose a sus propias vulnerabilidades.
En definitiva, "Lo que me queda por vivir" es una novela que puede resonar especialmente con aquellos que aprecian la literatura introspectiva y que buscan en las páginas de un libro ecos de sus propias experiencias y emociones. Aunque no es una lectura ligera, es una obra que desafía al lector a reflexionar sobre su propia vida y las decisiones que cada uno enfrenta. La novela se convierte así en una invitación a mirar hacia dentro y quizás, encontrar una resonancia personal con la historia de Antonia.
