"La función Delta", una novela de Rosa Montero publicada en 1982, explora la vida de Lucía, un personaje que se enfrenta a los desafíos del amor, la soledad y la mortalidad en dos momentos cruciales de su existencia: a los treinta y a los sesenta años. A través de estos dos periodos, Montero ofrece una mirada profunda sobre el impacto emocional y psicológico que el miedo a la muerte ejerce sobre nuestras decisiones y relaciones.
En la juventud, a los treinta años, vemos a Lucía en la cúspide de su carrera profesional, rodeada de amistades y amores que parecen prometer un futuro brillante. Sin embargo, este escenario es posiblemente una ilusión, un "triunfante asentamiento" que no garantiza la felicidad ni la plenitud. El libro utiliza la metáfora de la "función Delta", tomada de las matemáticas y la física cuántica, para describir la intensidad y brevedad de las pasiones amorosas, donde la intensidad tiende al infinito mientras que la duración tiende a cero.
A los sesenta años, la perspectiva cambia dramáticamente. Lucía, ahora enfrentando un tumor cerebral, reflexiona sobre su vida mientras se enfrenta a la muerte inminente. Este segmento del libro está marcado por una serie de reflexiones sobre la soledad, el desamor y la búsqueda constante de compañía, no tanto por amor verdadero, sino como un medio para huir del terror que le produce enfrentarse a su final en soledad. La obra se adentra en cómo este miedo condiciona las acciones y las relaciones humanas, llevando a menudo a decisiones desesperadas y relaciones insatisfactorias.
La novela no solo narra la vida de Lucía sino que también invita al lector a cuestionar sus propias percepciones sobre el amor, la muerte y la identidad. Montero entrelaza teorías matemáticas y físicas con las emociones humanas para construir una narrativa que es tanto una historia sobre una mujer como una exploración filosófica sobre los patrones de comportamiento humano. "La función Delta" es una obra que desafía al lector a pensar en la vida y las relaciones de una manera más analítica y, posiblemente, más resignada a la inevitabilidad del desamor y la muerte.
Rosa Montero, con su estilo característico, ha creado una novela que no solo entretiene, sino que también provoca y educa, haciéndonos mirar dentro de nosotros mismos y de nuestra sociedad. Esta es una lectura esencial para aquellos interesados en las complejidades del corazón humano y las implacables verdades de nuestra existencia.