Nicholas Rodney Drake, más conocido como Nick Drake, nació el 19 de junio de 1948 en Rangún, Birmania, donde su padre, Rodney Drake, trabajaba como ingeniero para la Bombay Burmah Trading Corporation. La familia Drake regresó a Inglaterra en 1950, instalándose en la casa Far Leys en Warwickshire, un entorno que influiría profundamente en la sensibilidad artística de Nick.
Desde niño, Nick mostró un interés precoz por la música, influenciado por su madre, Molly Drake, quien también era compositora y cantante. Aprendió piano y clarinete en su infancia y, durante su adolescencia, asistió a la prestigiosa Marlborough College, donde comenzó a desarrollar sus habilidades en la guitarra y la composición. Posteriormente, obtuvo una beca para estudiar Literatura Inglesa en el Fitzwilliam College, Cambridge, aunque dejó sus estudios antes de graduarse para dedicarse por completo a la música.
Drake firmó con Island Records a los veinte años y lanzó su primer álbum, Five Leaves Left, en 1969. A pesar de su talento evidente, ninguno de sus álbumes logró éxito comercial en vida. Su rechazo a realizar giras y la escasa promoción contribuyeron a su oscuridad comercial. Bryter Layter, su segundo álbum, fue lanzado en 1970 y, a pesar de contar con colaboraciones de músicos de renombre, tampoco alcanzó un éxito notable. Su último álbum, Pink Moon, fue un trabajo más austero y personal, grabado en apenas dos sesiones nocturnas en 1972.
La vida de Drake fue marcada por la depresión y el aislamiento, luchando contra estos problemas sin encontrar alivio en su carrera musical. El 25 de noviembre de 1974, Drake murió a los 26 años de una sobredosis de antidepresivos en la casa de sus padres en Tanworth-in-Arden, Warwickshire. La causa exacta de su muerte, si fue accidental o un suicidio, sigue siendo objeto de especulación.
A pesar de su muerte prematura y el limitado reconocimiento durante su vida, la música de Nick Drake ha crecido en estima y ha influenciado a numerosos artistas a lo largo de los años. Su habilidad con la guitarra, sus complejas afinaciones y su lírica introspectiva han resonado con nuevas generaciones de músicos y aficionados, elevándolo a la categoría de artista de culto. Su impacto es evidente en la música de artistas como Robert Smith de The Cure, Peter Buck de R.E.M. y Paul Weller, entre otros.
En retrospectiva, el legado de Nick Drake es el de un músico que, aunque no encontró la felicidad en su corta vida, dejó un impacto duradero en el mundo de la música. Su obra sigue siendo descubierta y revalorizada, un testimonio eterno de su talento y sensibilidad únicos.
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