Arthur Schopenhauer nació el 22 de febrero de 1788 en Danzig, en la República de las Dos Naciones, actual Gdansk, Polonia. Hijo del próspero comerciante Heinrich Floris Schopenhauer y de Johanna Henriette Trosiener, una conocida escritora, Schopenhauer tuvo una infancia marcada por los viajes y la cultura, elementos que influirían profundamente en su desarrollo intelectual y filosófico.
En 1793, la familia se trasladó a Hamburgo tras la anexión de Danzig por Prusia. A pesar de la insistencia de su padre de que siguiera una carrera en comercio, Schopenhauer comenzó a mostrar un creciente interés por la filosofía, influencia que se consolidaría tras la muerte de su padre en 1805, un evento que lo llevó a abandonar sus estudios comerciales y dedicarse al estudio de la medicina y posteriormente de la filosofía en las universidades de Gotinga y Berlín.
Schopenhauer fue profundamente influenciado por las obras de Platón y Kant, y su encuentro con la filosofía oriental, especialmente el budismo y el vedanta, marcó un punto de inflexión en su pensamiento. Esta amalgama de influencias desembocaría en su obra principal, "El mundo como voluntad y representación", publicada en 1819. En ella, Schopenhauer desarrolló una filosofía que describía un mundo fenoménico como mera representación impulsada por una voluntad irracional y ciega, fuente de todo sufrimiento.
El pesimismo filosófico de Schopenhauer y su concepción del mundo como un lugar inherentemente doloroso no ganaron reconocimiento inmediato en el ámbito académico. Sin embargo, tras la publicación de "Parerga y paralipómena" en 1851, su trabajo comenzó a recibir la atención que Schopenhauer creía merecer. Esta obra compilaba una serie de ensayos y aforismos en los que profundizaba en temas éticos, estéticos y epistemológicos, consolidando su reputación como uno de los pensadores más originales del siglo XIX.
Además de su teoría metafísica, Schopenhauer es conocido por su ética del compasión, que propone que la única respuesta moral al sufrimiento inherente al mundo es la compasión hacia todos los seres sensibles. También desarrolló una estética que enfatizaba el valor del arte, particularmente de la música, como una forma de acceder a una contemplación desinteresada de las ideas, liberándose temporalmente de la voluntad.
Arthur Schopenhauer falleció el 21 de septiembre de 1860 en Fráncfort del Meno, dejando un legado filosófico que influiría en figuras posteriores como Friedrich Nietzsche, Richard Wagner y Sigmund Freud. A pesar de su inicial falta de reconocimiento, Schopenhauer fue un pensador crucial en la transición del idealismo al pensamiento existencial y fenomenológico del siglo XX.
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