Dian Fossey nació el 16 de enero de 1932 en San Francisco, California, Estados Unidos. Desde joven se sintió atraída por el mundo animal y la naturaleza, lo que la llevó a estudiar Terapia Ocupacional en la Universidad Estatal de San José, graduándose en 1954. Sin embargo, su verdadera pasión por los primates no se despertaría hasta años después, inspirada por los trabajos del zoólogo George Schaller y el encuentro con el antropólogo Louis Leakey, quien la motivó a estudiar a los grandes simios en África.
En 1966, con el apoyo de la National Geographic Society y la Fundación Wilkie, Fossey se trasladó a África para comenzar su estudio intensivo sobre los gorilas de montaña en las regiones de Ruanda y la República Democrática del Congo. Su trabajo se centró en la observación directa y la habituación de los gorilas, lo que le permitió ganar la confianza de estos animales y estudiar sus comportamientos y estructuras sociales de cerca. En 1967, fundó el Centro de Investigación de Karisoke en Ruanda, que se convertiría en un importante centro de estudio y conservación de los gorilas.
El trabajo de Fossey no solo se centró en la investigación científica, sino también en la conservación. Se enfrentó vehementemente a la caza furtiva, lo que le generó varios enemigos y puso en riesgo su vida en múltiples ocasiones. Su compromiso con la protección de los gorilas fue más allá de la investigación, llegando a realizar acciones directas para detener a los cazadores furtivos. En 1983, publicó su libro "Gorilas en la niebla", que es una narrativa detallada de sus experiencias y observaciones de los gorilas, y que contribuyó enormemente a cambiar la percepción pública sobre estos primates, mostrándolos como seres gentiles y profundamente sociales.
Desafortunadamente, el compromiso de Fossey con los gorilas también le acarreó enemistades peligrosas. Fue asesinada el 26 de diciembre de 1985, en circunstancias misteriosas, en su cabaña en las montañas de Virunga, Ruanda. A pesar de las investigaciones, su muerte sigue siendo un tema de especulación y controversia. Fossey fue enterrada en el cementerio que ella misma había establecido para los gorilas asesinados por cazadores furtivos, cerca del Centro de Investigación de Karisoke.
El legado de Dian Fossey sigue vivo a través de las continuas actividades del Centro Karisoke y de varias organizaciones dedicadas a la conservación de los gorilas. Su vida y obra fueron inmortalizadas en la película "Gorilas en la niebla", protagonizada por Sigourney Weaver, que ayudó a difundir su mensaje de conservación y respeto hacia los gorilas y su entorno. Fossey no solo fue una de las primatólogas más influyentes de su tiempo, sino que también fue una ferviente defensora de la vida y la dignidad de los gorilas, luchando incansablemente por su protección.
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