Emilia Pardo Bazán nació el 16 de septiembre de 1851 en La Coruña, Galicia, en el seno de una familia noble y acomodada. Desde niña, mostró un gran interés por la literatura, motivada por la vasta biblioteca de su padre y una educación excepcional que le permitió acceder a una amplia gama de lecturas clásicas y contemporáneas. A los quince años, Emilia escribió su primer cuento, "Un matrimonio del siglo XIX", marcando el inicio de una prolífica carrera literaria.
En 1868, Emilia se casó con José Quiroga, trasladándose a vivir a Madrid. Este cambio significó un acceso aún mayor a círculos intelectuales y culturales que influyeron profundamente en su obra. Durante los años siguientes, Emilia y José viajaron extensamente por Europa, lo que enriqueció su perspectiva y profundizó su interés por las corrientes literarias y filosóficas contemporáneas, especialmente el naturalismo, corriente que más tarde introduciría en España.
Entre sus obras más significativas se encuentra "Los pazos de Ulloa" (1886), novela que marca un hito en la literatura española por su tratamiento del naturalismo. Esta obra, junto con "La madre naturaleza", pinta un cuadro vívido y a veces crudo de la sociedad gallega de la época, mostrando la decadencia de la aristocracia rural y las duras realidades del campesinado. Emilia no solo fue una novelista destacada, sino que también publicó numerosos ensayos, artículos y críticas literarias, además de ser una conferenciante prolífica y respetada.
Además de su contribución a la literatura, Emilia Pardo Bazán fue una ferviente defensora de los derechos de la mujer. Dirigió y fundó la "Biblioteca de la Mujer", que buscaba educar y empoderar a las mujeres a través del conocimiento. Sus escritos y conferencias frecuentemente abordaban la necesidad de una mayor igualdad de género y el derecho de las mujeres a la educación y a la participación plena en la sociedad.
Emilia fue reconocida en su tiempo por su erudición y su audacia intelectual, siendo una de las primeras mujeres en presidir la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid y en 1916, fue nombrada catedrática de Literaturas Neolatinas en la Universidad Central, un logro extraordinario para una mujer en esa época.
Emilia Pardo Bazán falleció el 12 de mayo de 1921 en Madrid a causa de complicaciones de diabetes. Su legado, no obstante, perdura en su vasta obra literaria y en su incansable lucha por los derechos de las mujeres, siendo recordada como una de las figuras más importantes del panorama cultural y social de España entre los siglos XIX y XX.
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