Eudald Carbonell i Roura nació el 17 de febrero de 1953 en Ribas de Freser, Girona, Cataluña, España. Desde sus primeros años, mostró un creciente interés por la historia y el pasado humano, lo cual lo condujo a perseguir una educación en geología del cuaternario y geografía e historia, culminando en doctorados por la Universidad Pierre et Marie Curie Paris VI en 1986 y la Universidad de Barcelona en 1988, respectivamente.
Desde 1999, Carbonell ha sido catedrático de Prehistoria en la Universidad Rovira i Virgili (URV) en Tarragona, donde también dirige el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES). Su carrera ha sido marcada por una prolífica producción científica y una amplia experiencia en excavaciones arqueológicas en Europa y África, destacándose especialmente su trabajo en el yacimiento de Atapuerca. Este sitio ha sido fundamental en el estudio de los primeros homínidos en Europa, donde Carbonell ha jugado un papel crucial en el descubrimiento y análisis del Homo antecessor, una especie que sugiere ser el ancestro común de neandertales y humanos modernos.
Carbonell ha combinado su labor investigadora con una intensa actividad de divulgación. Ha escrito numerosos libros destinados a un público general, intentando acercar los complejos conceptos de la prehistoria y la evolución humana a la sociedad. Entre sus obras más destacadas se encuentran "Atapuerca: un millón de años de historia" (1998), coescrito con José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga, y "Encara no som humans" (2001), coescrito con Robert Sala. Estos trabajos no solo difunden conocimientos científicos, sino que también promueven una reflexión sobre lo que significa ser humano y cómo hemos llegado hasta nuestro estado actual.
Además de su trabajo en Atapuerca, Carbonell ha explorado otros yacimientos significativos como el Abric Romaní en Capellades, donde sus estudios sobre el comportamiento de los neandertales han aportado valiosa información sobre la continuidad comportamental entre estas poblaciones y los humanos modernos. Su enfoque en la selección técnica como un mecanismo evolutivo del comportamiento humano ha sido una contribución notable a la paleoantropología.
A lo largo de su carrera, Carbonell ha recibido numerosos reconocimientos, incluyendo el Premio Príncipe de Asturias en 1997 y el Premio Nacional de Cultura en 2009, subrayando su impacto tanto en el campo académico como en la conciencia pública sobre la importancia del patrimonio prehistórico. Su enfoque transdisciplinar y su compromiso con la socialización del conocimiento científico lo destacan como una figura clave en la investigación de la evolución humana.
Eudald Carbonell se jubiló en 2022, después de una larga y fructífera carrera académica, dejando un legado de conocimiento y un marco de trabajo que continúan influyendo en las nuevas generaciones de arqueólogos y paleontólogos. Su vida y obra siguen siendo un testimonio del poder de la ciencia para entender nuestro pasado y, por ende, a nosotros mismos.
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