Gabriel Francisco Víctor Miró Ferrer nació el 28 de julio de 1879 en Alicante, en el seno de una familia acomodada. Desde su infancia, se destacó por su sensibilidad y su inclinación hacia las letras, lo que le llevó a recibir su primer premio literario durante su estancia en el Colegio de Santo Domingo en Orihuela, donde estudió bajo la tutela de los jesuitas junto con su hermano Juan. Sin embargo, problemas de salud le obligaron a abandonar este entorno y continuar sus estudios en el Instituto de Alicante, marcando un antes y un después en su desarrollo personal y literario.
Tras concluir su bachillerato, Gabriel Miró inició estudios de Derecho en la Universidad de Valencia, aunque finalmente se licenció en la Universidad de Granada en 1900. A pesar de sus intentos por ingresar en la Judicatura, donde fracasó en dos ocasiones, su verdadera pasión siempre fue la literatura. En 1901, el mismo año de su matrimonio con Clemencia Maignon, publicó su primera novela, La mujer de Ojeda, marcando el comienzo de una prolífica carrera literaria.
Como escritor, Miró se dedicó a explorar las profundidades del alma humana a través de un estilo muy personal y elaborado, utilizando un lenguaje repleto de arcaísmos, neologismos y sinestesias que enriquecían sus textos. Su obra, Las cerezas del cementerio (1910), es considerada por muchos como el inicio de su madurez literaria, en la que aborda temas como el erotismo, la enfermedad y la muerte desde una perspectiva introspectiva y lírica.
Durante su vida, Miró alternó su labor literaria con empleos burocráticos, que le permitieron sostener económicamente a su familia. Vivió en Alicante, Barcelona y finalmente en Madrid, donde permaneció hasta su muerte en 1930. En Barcelona, trabajó en proyectos como la dirección de una Enciclopedia Sagrada y colaboró en distintos diarios y revistas, lo que le permitió consolidar su reputación como uno de los narradores y estilistas más destacados de su tiempo.
Entre sus obras más destacadas se encuentran Nuestro padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926), novelas que desarrollan en la ciudad ficticia de Oleza, trasunto de Orihuela, donde Miró critica la represión social y el oscurantismo religioso. Estas publicaciones no estuvieron exentas de polémica, especialmente El obispo leproso, que generó una considerable indignación en los sectores más conservadores, afectando incluso su candidatura a la Real Academia Española.
Gabriel Miró falleció el 27 de mayo de 1930 en Madrid, a causa de una apendicitis, dejando un legado literario que lo posiciona como una figura clave del novecentismo y la Generación del 14. Su obra, intensamente lírica y estilísticamente rica, sigue siendo objeto de estudio y admiración por su capacidad de profundizar en la sensibilidad humana y su maestría en el manejo del lenguaje.
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