Jerome David Salinger, más conocido como J. D. Salinger, nació el 1 de enero de 1919 en Manhattan, Nueva York, Estados Unidos. Hijo de Solomon Salinger, director de una empresa de importación de carnes y quesos europeos, y Marie Jillich, Salinger creció en el seno de una familia acomodada. Su padre, de ascendencia judía, y su madre, de origen alemán, proporcionaron a Salinger una infancia en la que las influencias culturales eran variadas y ricas. Durante la Gran Depresión, la familia se mudó a un lujoso apartamento en Park Avenue, subrayando su posición económica favorable.
Salinger fue educado en diversas instituciones, destacando la Academia Militar Valley Forge, donde se graduó en 1936. A pesar de no ser un estudiante sobresaliente, sus padres lo enviaron a Europa con la esperanza de que aprendiera idiomas y se uniera al negocio familiar. Sin embargo, la experiencia europea fue más significativa en términos personales, especialmente durante su estancia en Viena, donde vivió con una familia judía, una experiencia que marcaría profundamente su vida y obra.
De regreso en Estados Unidos, Salinger asistió a un curso de escritura en la Universidad de Columbia con Whit Burnett, editor de la revista literaria Story. Este curso fue crucial para Salinger, ya que Burnett se convirtió en una importante influencia en su carrera literaria. Bajo su orientación, Salinger comenzó a publicar relatos cortos en revistas como Story, lo que le ayudó a establecerse como escritor en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.
Con la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, Salinger se alistó en el ejército en 1942. Sirvió en el 12.º Regimiento de la 4.ª División de Infantería, participando en operaciones clave como el desembarco de Normandía. Durante su servicio, escribió relatos y conoció a Ernest Hemingway, con quien entabló una amistad basada en su amor compartido por la literatura.
Al concluir la guerra, Salinger regresó a Estados Unidos y se dedicó por completo a la escritura. En 1951, publicó su novela más emblemática, "El guardián entre el centeno", una obra que capturó la esencia de la adolescencia con su protagonista, Holden Caulfield. La novela se convirtió en un clásico instantáneo y resonó profundamente entre los jóvenes, aunque también generó controversia por su lenguaje franco y temas desafiantes.
El éxito de "El guardián entre el centeno" reforzó a Salinger como una figura prominente en la literatura estadounidense. A lo largo de la década de 1950 y principios de los 60, publicó varias colecciones de relatos, incluyendo "Nueve cuentos" (1953), "Franny y Zooey" (1961) y "Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción" (1963). Estos trabajos ampliaron su exploración de personajes complejos y temas introspectivos.
A pesar de su éxito literario, Salinger se retiró progresivamente de la vida pública. Se mudó a Cornish, Nuevo Hampshire, buscando un aislamiento casi total. Este retiro voluntario alimentó su fama de recluso, mientras continuaba escribiendo obras que nunca publicó. Su lucha constante por la privacidad se evidenció en sus acciones legales para proteger su correspondencia personal y su obra inédita.
En su vida personal, Salinger se casó tres veces y tuvo dos hijos, Margaret y Matt. Su relación con su hija Margaret fue especialmente tumultuosa, como ella describió en su libro "El guardián de los sueños". A lo largo de su vida, Salinger mantuvo un interés por el hinduismo Advaita Vedanta, lo que influenció su estilo de vida y obra.
J. D. Salinger falleció el 27 de enero de 2010 en Cornish, a los 91 años. Su legado literario perdura, con "El guardián entre el centeno" como un testimonio de su habilidad para captar la complejidad de la juventud y el eterno conflicto entre los ideales personales y la realidad del mundo adulto. A través de su obra, Salinger ha dejado una marca indeleble en la literatura del siglo XX, inspirando a generaciones de lectores y escritores por igual.
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