Jorge Manrique, nacido alrededor de 1440 en un lugar incierto entre Paredes de Nava y Segura de la Sierra, fue un destacado poeta del prerrenacimiento español y un competente soldado. Perteneciente a la Casa de Manrique de Lara, una de las familias más antiguas y nobles de Castilla, Jorge fue hijo de Rodrigo Manrique y Mencía de Figueroa, y sobrino del también poeta Gómez Manrique. Su vida estuvo marcada por la influencia de su familia y por un contexto de luchas políticas y sociales que definieron su carrera tanto literaria como militar.
Desde temprana edad, Jorge fue instruido en las Humanidades y en el arte de la guerra, siguiendo la estela de su padre. Participó en numerosas batallas contra los musulmanes y estuvo involucrado en los conflictos nobiliarios contra Enrique IV de Castilla, apoyando a Isabel la Católica en la guerra de sucesión castellana. Este ambiente bélico y noble se refleja en su obra literaria, la cual, aunque no extensa, ha sido crucial para la literatura española.
Manrique es ampliamente reconocido por su obra "Coplas por la muerte de su padre", un poema que combina la reflexión sobre la fugacidad de la vida y la muerte con el elogio de las virtudes de su padre. Este poema no solo es un homenaje póstumo, sino que también se sumerge en consideraciones más profundas sobre la existencia humana y la memoria post mortem a través de la fama y el honor. Además de las "Coplas", su producción incluye poemas amorosos y burlescos, a menudo agrupados en las categorías de amor, burla y doctrina, reflejando la influencia de la lírica provenzal y los temas del amor cortés.
La vida de Manrique, no obstante su prominencia literaria, estuvo principalmente dominada por su carrera militar. Se casó con Guiomar de Castañeda y tuvo dos hijos, Luis y Luisa. Su vida y su obra se vieron truncadas prematuramente cuando murió el 24 de abril de 1479 por heridas recibidas en una escaramuza cerca del Castillo de Garcimuñoz, defendido por el marqués de Villena, durante los conflictos que siguieron a la guerra de sucesión castellana.
El legado de Jorge Manrique trasciende el marco temporal de su corta vida. Las "Coplas por la muerte de su padre" no solo son celebradas por su calidad literaria y profundidad emocional, sino también por cómo encapsulan el espíritu de una época donde la guerra, la política, y la reflexión sobre la muerte y la memoria eterna estaban intensamente entrelazadas con el día a día de la nobleza castellana. Manrique, a través de su obra, logró inmortalizar no solo la memoria de su padre, sino también su propia existencia como poeta y soldado en un periodo crucial de la historia de España.
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