Josefina de la Torre Millares nació el 25 de septiembre de 1907 en Las Palmas de Gran Canaria, España. Desde muy temprana edad, Josefina estuvo rodeada de un ambiente familiar profundamente arraigado en las artes y la cultura, siendo la menor de cinco hermanos. Su padre, Bernardo de la Torre, era un destacado hombre de negocios, y su madre, Francisca Millares Cubas, provenía de una familia con una rica tradición artística. Su tío, Néstor de la Torre Comminges, era un reconocido barítono, lo que sin duda influyó en su inclinación hacia el arte.
Josefina comenzó a escribir poesía a la temprana edad de nueve años, mostrando un precoz talento que más tarde la llevaría a ser una figura destacada de la Generación del 27 y la corriente vanguardista hispánica. A los quince años, ya publicaba sus versos en revistas, una iniciativa que se vio fortalecida por la influencia de su hermano Claudio, un reconocido novelista y dramaturgo. En 1928, Josefina estableció en su casa el Teatro Mínimo, dirigido por Claudio, donde comenzó a explorar su pasión por la actuación.
En Madrid, Josefina perfeccionó sus estudios de canto, consolidándose como soprano. Su carrera literaria cobró impulso con la publicación de su primer poemario, Versos y estampas en 1928, que recibió elogios por su frescura y originalidad. Su obra poética se expandió con Poemas en la isla en 1930 y su inclusión en la prestigiosa Antología de la Poesía Española de Gerardo Diego en 1934.
Además de su labor literaria, Josefina desarrolló una notable carrera como actriz de doblaje y actriz de cine durante su estancia en Francia y, posteriormente, en Madrid. Participó en diversas producciones cinematográficas españolas y fundó su propia compañía de comedias en 1946. Sus habilidades no se limitaban a la actuación, ya que también trabajó como guionista y directora de escena.
La Guerra Civil Española marcó un período de retorno a Las Palmas, donde Josefina comenzó a escribir novelas bajo el seudónimo Laura de Cominges, obras que le proporcionaron un sustento en tiempos difíciles. A lo largo de su vida, publicó numerosas obras en prosa y verso, destacando también por su activa participación en el teatro y en la radio.
Josefina de la Torre falleció el 12 de julio de 2002 en Madrid a la edad de 94 años. A lo largo de su vida, recibió múltiples reconocimientos, incluyendo la Cruz de la Orden "Islas Canarias" y ser nombrada Miembro de Honor de la Academia Canaria de la Lengua. En el año 2020, se le dedicó el Día de las Letras Canarias, en reconocimiento a su contribución a la literatura española y su papel como una de las voces más destacadas de su generación.
Su legado continúa vivo a través de sus obras y los homenajes que perpetúan su memoria, como la sala que lleva su nombre en el Teatro Cuyás en Las Palmas de Gran Canaria, y las publicaciones recientes que reúnen su poesía y prosa, asegurando que su voz siga inspirando a futuras generaciones.
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