Juan Rulfo

Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, conocido como Juan Rulfo, nació el 16 de mayo de 1917 en Apulco, Jalisco, México. Su infancia estuvo marcada por la violencia de la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera, eventos que influyeron profundamente en su obra literaria. Su padre, Juan Nepomuceno Pérez Rulfo, fue asesinado cuando Juan tenía apenas seis años, y su madre, María Vizcaíno Arias, falleció cuatro años después, dejándolo en un estado de orfandad que permeó su visión del mundo y su escritura.

Rulfo comenzó su educación en el Colegio de las Josefinas y más tarde en el Colegio Luis Silva, pero sus estudios fueron interrumpidos por la violencia de la época. A pesar de estos desafíos, Rulfo se trasladó a la Ciudad de México, donde trabajó en varios empleos mientras comenzaba a escribir. Su carrera literaria tomó forma en la década de 1940, cuando empezó a publicar cuentos en diversas revistas literarias.

La obra de Juan Rulfo es breve pero significativa, compuesta principalmente por dos libros que lo consolidaron como uno de los grandes escritores del siglo XX: "El Llano en llamas" (1953) y "Pedro Páramo" (1955). "El Llano en llamas" es una colección de cuentos cortos que retratan la dura vida rural en México post-revolucionario, caracterizada por la pobreza, la injusticia y la desesperanza. En estos relatos, Rulfo utilizó un lenguaje directo y poderoso para dar voz a los marginados.

"Pedro Páramo", por su parte, es una novela que ha sido interpretada como una obra maestra del realismo mágico, aunque precede a la popularización del término. La historia se desarrolla en Comala, un pueblo fantasmal habitado por las almas de los muertos, y narra la búsqueda de un hijo por su padre, Pedro Páramo. La novela se destaca por su estructura fragmentada y su atmósfera etérea, elementos que han inspirado a numerosos escritores, incluyendo a Gabriel García Márquez y a muchos otros del boom latinoamericano.

A lo largo de su vida, Juan Rulfo también exploró la fotografía, capturando con su cámara los paisajes y la gente de México. Sus fotografías son valoradas por su calidad artística y por complementar su narrativa literaria, ofreciendo una ventana adicional a los temas que exploró en sus escritos.

Rulfo fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y recibió varios honores, incluyendo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1983. Su influencia en la literatura hispanoamericana y mundial es indiscutible, y su obra sigue siendo estudiada y admirada por su profundidad y su capacidad para trascender el tiempo y el espacio.

Juan Rulfo falleció el 7 de enero de 1986 en la Ciudad de México, pero su legado literario perdura, manteniendo vivas las voces del México rural y sus tradiciones, sus conflictos y sus fantasmas.