María del Carmen Marchante Barrobés, más conocida como Karmele Marchante, nació el 15 de septiembre de 1946 en Tortosa, Tarragona, España. Hija del coronel de infantería Carlos Marchante Alonso y de Carmen Barrobés Llatge, Karmele se crió en un ambiente marcado tanto por la disciplina militar como por el contexto social de postguerra en España. Desde joven, mostró un interés profundo por las letras y los acontecimientos sociales, lo que la llevó a estudiar en la Universidad de Navarra y en la Escuela Oficial de Periodismo de Barcelona.
Tras completar su formación, Marchante inició su carrera profesional en la UNESCO en París en 1973, y poco después se trasladó a los países escandinavos debido a su matrimonio con un lingüista islandés. Durante su estancia en Islandia, trabajó como reportera y comenzó a desarrollar un sólido compromiso con el feminismo, fundando el grupo LAMAR. Este grupo se caracterizaba por su lucha antipatriarcal y se convirtió en uno de los primeros colectivos feministas radicales en España.
La vuelta a España supuso un punto de inflexión en su carrera, comenzando a trabajar en la prensa escrita y la radio en Barcelona. Su participación en proyectos como la dirección de la revista Star y la cofundación de Ajoblanco, le otorgó un lugar destacado dentro del periodismo contracultural de los años 80. Su traslado a Madrid en 1984 amplió su espectro profesional hacia la televisión, participando en programas influyentes como Informe Semanal y La Tarde de TVE.
Durante los años 90 y principios de los 2000, Karmele Marchante se convirtió en un rostro habitual en la televisión española, colaborando en programas de gran audiencia como Tómbola y Sálvame. Sin embargo, su trabajo en estos programas no estuvo exento de controversias, especialmente por el enfoque sensacionalista y a veces invasivo hacia la vida privada de los famosos, algo que más tarde Marchante criticaría duramente.
Como activista feminista, Marchante ha sido una figura clave en la promoción de los derechos de las mujeres en España. En 1994, fundó "El Club de las 25", un colectivo que reúne a mujeres de distintos sectores para fomentar el activismo feminista. Además, su participación en proyectos internacionales y su estancia en Estados Unidos y Hungría con becas como la Fulbright, reafirman su compromiso con la causa feminista a nivel global.
En términos literarios, Karmele ha plasmado sus experiencias y pensamientos en varios libros. Entre sus obras más destacadas se encuentran Arquetipos y arquetipas: la fauna rosa, que ofrece una crítica al mundo de la prensa del corazón; Puta no se nace, donde aborda la problemática de la prostitución y la explotación sexual; y sus memorias, No me callo, que recogen su trayectoria profesional y personal, marcada por su firme defensa de los derechos de las mujeres y su crítica al sensacionalismo mediático.
En resumen, Karmele Marchante no solo ha sido una figura prominente en el periodismo español, sino también una voz importante en la lucha por la igualdad de género y los derechos de las mujeres, dejando un legado tanto en los medios de comunicación como en el activismo social.
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