Plutarco

Lucio Mestrio Plutarco, más conocido simplemente como Plutarco, nació alrededor del año 46 d.C. en Queronea, Beocia, en lo que hoy es Grecia, durante el gobierno del emperador romano Claudio. Proviniendo de una familia acomodada, Plutarco tuvo la oportunidad de recibir una educación esmerada en filosofía, retórica y matemáticas en la Academia de Atenas, donde fue alumno del filósofo Ammonio.

Después de sus estudios, Plutarco realizó varios viajes, incluyendo estancias en Egipto y Roma, lugares donde amplió su visión del mundo y estableció conexiones con importantes figuras políticas y culturales de su tiempo. A pesar de sus viajes y la influencia que ganó gracias a sus amigos y protectores, Plutarco eligió vivir la mayor parte de su vida en su ciudad natal, Queronea, donde además de escribir, jugó un papel activo en la vida pública y religiosa como sacerdote del templo de Apolo en Delfos.

Plutarco es mejor conocido por sus obras "Vidas Paralelas", una serie de biografías de famosos griegos y romanos dispuestas en pares para comparar sus virtudes y vicios morales, y "Moralia", una colección de ensayos y diálogos sobre temas éticos, religiosos y filosóficos. Las "Vidas Paralelas" buscan ofrecer más que simples narrativas históricas; exploran la influencia del carácter en los destinos de estos hombres notables, proporcionando lecciones morales a sus lectores. Las comparaciones entre figuras como Alejandro Magno y Julio César, o Demóstenes y Cicerón, revelan un profundo interés por la naturaleza humana y la moralidad, más allá de los logros y fracasos políticos.

En "Moralia", Plutarco aborda una gama más amplia de temas, desde la educación y la música hasta debates filosóficos y religiosos, mostrando su erudición y pensamiento crítico. Estos escritos reflejan su creencia en la filosofía como guía para la vida cotidiana, accesible no solo para los estudiantes de filosofía, sino para cualquier persona interesada en vivir una vida buena y justa.

Plutarco murió alrededor del año 120 d.C. en su ciudad natal. Su legado ha perdurado a través de los siglos, influenciando a pensadores y escritores de diversas épocas, desde Montaigne y Shakespeare hasta Ralph Waldo Emerson. Sus obras no solo proporcionan valiosas perspectivas históricas y filosóficas, sino que también invitan a la reflexión sobre cuestiones éticas y morales que siguen siendo relevantes en el mundo contemporáneo.