Policarpo Díaz Arévalo, conocido popularmente como Poli Díaz, nació el 21 de noviembre de 1967 en el humilde barrio de Palomeras en Vallecas, Madrid. Desde pequeño, Díaz se vio influenciado por un entorno complicado, marcado por la delincuencia y las dificultades económicas de una familia numerosa. Dejó la escuela a temprana edad para trabajar y ayudar a su familia, descubriendo casi por casualidad su talento para el boxeo a los 14 años.
Ya desde joven, Díaz mostró una natural habilidad en el ring, lo que le llevó a entrenarse seriamente en este deporte bajo la tutela de Ricardo Sánchez Atocha. A pesar de las adversidades y la falta de apoyo inicial de la Federación Española de Boxeo, no tardó en destacar en el ámbito amateur, donde se proclamó campeón de España de peso pluma en 1985. Al año siguiente, decidió dar el salto al profesionalismo, debutando con una victoria el 15 de marzo de 1986.
La carrera profesional de Poli Díaz fue meteórica. Conocido como "El Potro de Vallecas", se ganó el cariño del público por su estilo arriesgado y su carisma tanto dentro como fuera del ring. Se coronó siete veces campeón de España y ocho veces campeón de Europa en la categoría de peso ligero. Su fama alcanzó el punto máximo cuando, el 27 de julio de 1991, disputó el título mundial de los pesos ligeros contra el estadounidense Pernell Whitaker, aunque no logró vencer.
Desafortunadamente, la vida de Díaz después de esa pelea tomó un rumbo problemático. El desgaste físico y emocional, sumado a una mala gestión de su vida personal y profesional, lo llevó a un periodo de declive. Se vio envuelto en escándalos, problemas legales y adicciones, que fueron minando su carrera y su vida personal hasta tocar fondo a finales de los 90.
A pesar de sus problemas, Díaz nunca se alejó completamente del boxeo. Intentó varias veces hacer un regreso, incluso ganando algunos combates menores, pero nunca recuperó su forma pasada. Su lucha más dura no fue, sin embargo, en el ring, sino contra su adicción a las drogas, de la cual ha hablado abiertamente en su intento por ayudar a otros.
En el ámbito literario, Poli Díaz compartió su turbulenta vida y las lecciones aprendidas en su autobiografía "Poli Díaz: A golpes con la vida", publicada en 2013. El libro no solo detalla su carrera deportiva, sino también su batalla personal contra la adicción y su camino hacia la recuperación. La obra ha sido bien recibida como un testimonio honesto y crudo de su lucha y resiliencia.
En los últimos años, Díaz ha trabajado en rehabilitarse y reconstruir su vida. Se ha involucrado en actividades que le permiten usar su experiencia en el boxeo para ayudar a otros, impartiendo seminarios y entrenamientos, demostrando que incluso las historias más difíciles pueden tener un giro redentor.
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