William Wilkie Collins nació el 8 de enero de 1824 en Londres, en el seno de una familia de artistas. Su padre, William Collins, era un reconocido pintor paisajista y miembro de la Royal Academy of Arts, lo que proporcionó a Wilkie una infancia envuelta en un ambiente creativo. Durante su adolescencia, vivió con su familia en Italia, una experiencia que influiría profundamente en su educación y en la formación de su carácter. A su regreso a Londres, a pesar de comenzar estudios de Derecho en Lincoln's Inn, pronto se dio cuenta de que su verdadera pasión era la escritura.
En 1848, tras la muerte de su padre, Collins publicó su primera obra, una biografía titulada "Memorias de la vida de William Collins". Sin embargo, no fue hasta 1850, con la publicación de "Antonina o la caída de Roma", que comenzó a ganar notoriedad en el mundo literario. Su carrera tomó un impulso significativo en 1851 tras conocer a Charles Dickens, con quien desarrolló una estrecha amistad y colaboración profesional que perduraría toda la vida. Este vínculo fue vital, pues Dickens no solo influyó en su estilo, sino que también le proporcionó plataformas para publicar sus obras en las revistas que él editaba.
Wilkie Collins es reconocido como uno de los pioneros del género de la novela policiaca. A través de su habilidad para construir suspense y atmósferas cargadas de misterio, Collins capturó la imaginación de sus lectores. Su novela "La dama de blanco" (1860) es un claro ejemplo de su maestría en el uso de la narrativa epistolar para crear tensión. Esta obra se publicó por entregas en la revista "All the Year Round" de Dickens y fue un éxito rotundo. Otras novelas destacadas incluyen "Armadale" (1866) y "La piedra lunar" (1868), esta última considerada una de las primeras novelas detectivescas, y en la que introduce al sargento Cuff, un precedente literario del detective Sherlock Holmes.
Además de sus novelas, Collins escribió numerosos cuentos cortos y obras de teatro, y más de 100 piezas de no ficción. Su vida personal, sin embargo, estuvo marcada por desafíos, incluyendo una grave adicción al opio que utilizaba para tratar su artritis reumática. Esta dependencia afectó profundamente su salud y se refleja en varios de sus escritos, especialmente en la representación de personajes y situaciones en sus novelas.
Wilkie Collins nunca se casó, pero mantuvo relaciones complejas con varias mujeres, incluyendo a Caroline Graves y más tarde con Martha Rudd, con quien tuvo tres hijos. Su amistad con Dickens también le proporcionó una red de conexiones literarias y personales que influyeron en su obra. Sin embargo, la muerte de Dickens en 1870 fue un golpe duro para Collins, marcando un declive en su carrera literaria, aunque continuó escribiendo y publicando hasta su muerte.
Wilkie Collins falleció el 23 de septiembre de 1889 en Londres, a causa de un accidente cerebrovascular. Fue enterrado en el Cementerio de Kensal Green, dejando tras de sí un legado literario que ha perdurado en el tiempo, influyendo en generaciones posteriores de escritores de misterio y suspense. Sus obras siguen siendo estudiadas y adaptadas, demostrando su perdurable impacto en la literatura inglesa y en la creación del género policiaco.
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