"Alguien debería prohibir los domingos por la tarde" es una obra que encapsula la esencia y el espíritu inquisitivo de Isabel Coixet, una reconocida cineasta y escritora catalana. Publicado en 2011 por El Aleph Editores, este libro compila una serie de artículos periodísticos que Coixet escribió para la sección "Mi hermosa lavandería" del suplemento dominical de El Periódico a lo largo de finales de 2010 y principios de 2011. A través de 128 páginas, la autora nos guía por un viaje íntimo en el que combina su pasión por el cine, la literatura, la fotografía y la cultura japonesa con observaciones agudas sobre la televisión, la sociedad y la vida cotidiana.
Lo que distingue a estos escritos no es solo la diversidad de temas que aborda, sino también la habilidad de Coixet para entrelazar lo personal con lo universal, lo artístico con lo cotidiano. Cada artículo es un reflejo de su mundo interior y de su mirada crítica hacia los aspectos más mundanos y también trascendentales de la vida. Este libro no solo atraerá a los aficionados del cine o de la literatura, sino también a aquellos que se deleitan explorando las sutilezas y las ironías del día a día.
Mediante este conjunto de textos, Isabel Coixet nos invita a reconsiderar los domingos por la tarde, esos momentos que a menudo se nos escapan en la quietud y la reflexión. Con su estilo característico, mezcla de melancolía y esperanza, humor y seriedad, Coixet convierte lo ordinario en extraordinario, y nos desafía a mirar más allá de lo aparente. Sin duda, "Alguien debería prohibir los domingos por la tarde" es una lectura que ofrece nuevas perspectivas y enriquece nuestra comprensión de lo que significa estar vivo en nuestro tiempo.
Isabel Coixet, con su trayectoria como cineasta y escritora, y su peculiar visión del mundo, logra en este libro no solo captar la esencia de sus reflexiones sino también compartir con el lector su profundo amor por la vida en todas sus formas. Así, este libro se convierte en una invitación a detenerse, a pensar y, sobre todo, a sentir, haciendo de los domingos por la tarde un espacio para la exploración y el asombro.