En "Anoche cuando dormía", Antonio Machado nos sumerge en un viaje por el paisaje íntimo y onírico de su corazón, explorando la profundidad de su alma a través de la metáfora del sueño. Este poema, parte de la colección "Soledades. Galerías. Otros poemas", ampliada en 1907, refleja una evolución en el estilo de Machado desde el modernismo melancólico de sus primeras obras hacia una introspección más compleja y simbólica.
La obra se estructura en cuatro estrofas que narran sueños consecutivos donde el poeta descubre diversos elementos en su corazón: una fuente, una colmena, un sol ardiente y finalmente a Dios. Cada uno de estos símbolos está cargado de significado y evoca la transformación espiritual y emocional de Machado. La fuente representa una corriente de nueva vida y esperanza, la colmena sugiere trabajo y la transformación de las amarguras en dulzura, el sol simboliza el calor y la luz que guía y da vida, mientras que la presencia de Dios encarna una revelación mística y profunda de su ser interior.
Aunque el poema aparece en la sección "Humorismos, fantasías, apuntes" de la obra, indicando una posible ligereza, la complejidad de su estructura y la profundidad de su contenido sugieren lo contrario. Machado utiliza estos sueños para articular una búsqueda del yo, una exploración metafísica que trasciende la aparente simplicidad de los versos. La obra despliega una rica imaginería que marca el tránsito del poeta por un proceso de autoconocimiento y reflexión espiritual.
En resumen, "Anoche cuando dormía" es mucho más que un poema sobre sueños efímeros; es una meditación sobre la existencia, la autoexploración y la divinidad. Machado, con su característica sobriedad y sencillez, construye un universo simbólico donde cada elemento tiene una resonancia emocional y filosófica, invitando al lector a una introspección sobre las fuentes ocultas de la vida y el constante fluir de la transformación personal.
