"Antídotos de la nostalgia", del reconocido psiquiatra Luis Rojas Marcos, es una obra que aborda el estado de ánimo melancólico al que muchos se ven sometidos y cómo este afecta nuestra percepción del mundo y nuestra receptividad ante los cambios y las nuevas ideas. Publicado en 2003 por la editorial Espasa, este libro de 190 páginas nos invita a entender y superar la nostalgia mediante ensayos concisos y provocativos, algunos de los cuales fueron inicialmente publicados en EL PAÍS Semanal.
En su libro, Rojas Marcos despliega una serie de reflexiones y argumentos que nos animan a mirar el presente con nuevos ojos. La nostalgia, describe el autor, es un sentimiento que nos paraliza y nos lleva a idealizar el pasado mientras criticamos el presente. Sin embargo, según Rojas Marcos, vivimos en un momento histórico sin precedentes, lleno de avances y oportunidades que nuestros ancestros no podrían ni imaginar. El autor sostiene que, a pesar de los desafíos contemporáneos, en comparación con el pasado, hoy día hay más democracia, menos hambre y menos violencia global.
El enfoque principal del libro es ofrecer una perspectiva que no solo se centre en el optimismo, sino en un realismo basado en datos y hechos históricos. Rojas Marcos argumenta que, aunque a menudo somos testigos de cambios rápidos y espectaculares que pueden ser abrumadores, es crucial reconocer y apreciar los logros de nuestra era. En este sentido, subraya la importancia de la solidaridad, la convivencia y la generosidad como pilares esenciales para el progreso humano.
Finalmente, "Antídotos de la nostalgia" no solo busca combatir este sentimiento con una mirada más amable y agradecida hacia el presente, sino que también predice que, aunque la humanidad continuará avanzando, es probable que la queja y la nostalgia persistan como aspectos inherentes de nuestra naturaleza. Con un enfoque que mezcla la psicología con la historia, Luis Rojas Marcos proporciona un manual tanto para entender mejor nuestra época como para vivirla plenamente, superando los obstáculos emocionales que nos impone la nostalgia.