Publicada en 1912, "Cánovas" es la última novela de la quinta y final serie de los "Episodios Nacionales" de Benito Pérez Galdós. Ambientada en un periodo crucial de la historia española, entre 1874 y 1880, la obra narra los eventos desde el pronunciamiento de Sagunto por el general Martínez Campos hasta el establecimiento del sistema de alternancia entre el partido conservador de Cánovas del Castillo y el partido fusionista de Sagasta. Esta novela no solo cierra un ciclo en la narrativa galdosiana, sino que también destila una aguda crítica hacia la dinámica política de la España de su tiempo.
El protagonista, Tito Liviano, es un mujeriego impenitente cuya vida se entrelaza con los principales acontecimientos políticos y sociales de la época. A través de sus experiencias, Galdós expone la visión de un observador involuntario de la historia, que pese a su semiceguera, refleja la limitada percepción que la sociedad tiene de los cambios políticos. Tito, junto con Mariclío -quien en esta entrega se manifiesta como la ninfa Efémera-, ofrece una perspectiva casi mística de los sucesos, sugiriendo una España atrapada en un ciclo repetitivo de ineficacia y corrupción política.
"Cánovas" ofrece un relato que va más allá de la simple crónica histórica para sumergirse en una reflexión sobre el destino de España. En un discurso poético y crítico que Galdós pone en boca de la Madre, se lamenta la preeminencia de los intereses burocráticos y eclesiásticos sobre el bienestar y progreso real del país. La novela predice un estancamiento cultural y social si no se adopta una postura revolucionaria verdadera frente a los males que aquejan al país. Este llamado a la acción se ve reforzado por la descripción de eventos significativos como la proclamación de Alfonso XII, el final de la Guerra Carlista, y múltiples atentados contra la monarquía.
En "Cánovas", Galdós no solo concluye una monumental serie literaria, sino que también nos deja con una invitación a reflexionar sobre la naturaleza cíclica de la política y la necesidad de una renovación constante para no caer en la decadencia. A través de Tito Liviano y las figuras alegóricas que lo acompañan, Galdós expresa su crítica a una sociedad que parece destinada a repetir sus errores, a menos que adopte un nuevo ideal revolucionario. La novela es una obra esencial para entender no solo el fin de una era en la literatura española, sino también el espejo crítico que Galdós sostiene frente a la historia política y social de España.