Carta de batalla por Tirant lo Blanc, obra del laureado escritor Mario Vargas Llosa, publicada en 1991 por Seix Barral, es una exploración profunda y apasionada de la novela caballeresca Tirant lo Blanch de Joanot Martorell. Este libro se compone de tres ensayos meticulosos, escritos con motivo del quinto centenario de la publicación original de la obra de Martorell, una joya literaria que data de 1490. A través de estos ensayos, Vargas Llosa no solo reivindica la importancia del texto, sino que también celebra su complejidad y su modernidad ante los lectores contemporáneos.
El primer ensayo, que da título al libro, Carta de Batalla por Tirant lo Blanch, originalmente sirvió como prólogo para una edición castellana de 1969 publicada por Alianza. En él, Vargas Llosa hace una defensa fervorosa del género caballeresco, frecuentemente marginado y malinterpretado, resaltando la subversiva fantasía de Tirant lo Blanch y su capacidad para contravenir dogmas establecidos. Este análisis no solo profundiza en la obra de Martorell, sino que también proporciona claves esenciales sobre la percepción que tiene Vargas Llosa del arte novelístico.
El autor divide este primer ensayo en tres secciones principales. Primero, "A imagen y semejanza de la realidad", donde argumenta que una gran novela debe ser autónoma y capaz de crear un universo propio, rico y complejo. Según Vargas Llosa, Martorell, al igual que otros grandes novelistas como Balzac o Flaubert, actúa como un "suplantador de Dios", construyendo mundos intrincadamente detallados que reflejan pero no replican la realidad. Este aspecto se ve reforzado por el uso de un narrador omnisciente que, aunque presente, nunca interfiere abiertamente en la narrativa, permitiendo que la historia se sostenga por sí misma.
En la segunda parte, "Una realidad distinta", Vargas Llosa explora cómo Martorell incorpora elementos de la vida real, la historia y otras obras literarias, lo que él llama el "elemento añadido", para enriquecer su narrativa. Este enfoque no solo destaca la habilidad de Martorell para integrar diversas influencias en su escritura, sino que también subraya una característica esencial del modernismo literario: la intertextualidad.
Carta de batalla por Tirant lo Blanc es, por lo tanto, una obra crucial para entender no solo la importancia de Tirant lo Blanch en la historia de la literatura, sino también para apreciar la visión de Vargas Llosa sobre la novela como forma artística. A través de su análisis, el autor no solo rinde homenaje a Martorell, sino que también invita a los lectores a reconsiderar y valorar la riqueza y complejidad del género novelístico.
