En "Catriona", la secuela de "Secuestrado", Robert Louis Stevenson continua narrando las peripecias de David Balfour, el joven protagonista que, tras reclamar con éxito su herencia, se ve envuelto en nuevas y emocionantes aventuras. La historia retoma desde el punto culminante de "Secuestrado", llevando a David a enfrentar nuevos desafíos en un esfuerzo por limpiar el nombre de su amigo, Alan Breck Stewart, quien se encuentra injustamente acusado de asesinato.
La trama se desenvuelve inicialmente en los tribunales de Edimburgo, donde Balfour busca justicia para Breck. No obstante, las intrigas políticas y las maquinaciones lo llevan a ser secuestrado una vez más, esta vez en el peñón del Bass, lo que impide su participación en el juicio. Durante estos eventos, David conoce a Catriona Drummond, la hija de James More Drummond, un hombre envuelto en las mismas redes de conspiración y peligro que rodean a Alan. El corazón de David es capturado por la valentía y belleza de Catriona, cuya vida está tan complicada como la suya.
Después de su liberación, y en un intento por proteger a Catriona y resolver su situación legal, David acompaña a Catriona a través de Holanda y Francia, buscando aliados y soluciones. En este viaje, la relación entre David y Catriona se profundiza mientras enfrentan juntos los desafíos de un continente agitado por sus propias tensiones políticas. La narrativa no solo explora la evolución de David como personaje, sino que también ofrece una mirada detallada a la complejidad de las relaciones personales en tiempos de adversidad.
Stevenson, con su prosa característicamente rica y evocadora, captura el tumulto de la época y el desarrollo personal de sus personajes. "Catriona" no solo es una aventura emocionante llena de peligros y romance, sino también un estudio sobre la lealtad, el honor y el amor en tiempos inciertos. A través de las vicisitudes de David y Catriona, Stevenson teje una narrativa cautivadora que confirma su habilidad para contar historias que entretienen y enriquecen a sus lectores.
