"Ciudad levítica" de Raúl del Pozo, una intrigante novela publicada por Editorial Planeta, nos sumerge en un universo urbano cargado de símbolos y enigmas. A través de sus 203 páginas, el autor nos guía por una ciudad suspendida entre la realidad y el mito, donde la historia y la leyenda se entrelazan con la vida de sus peculiares habitantes.
La trama se despliega en una larga noche de insomnio, en la que David M. Mendoza, protagonista secundario pero esencial, rememora su juventud y su amistad con Miguel, un personaje que desafía las convenciones sociales con su peculiar forma de tratar a las prostitutas y sus fantásticas historias sobre Elipando, un ser casi mítico que vuela entre las nubes y testigo de eventos históricos. Sin embargo, el verdadero eje de la narrativa no es David, ni Miguel, ni siquiera Cecilia, la virgen macrobiótica que con su presencia incendiaria altera la calma de la ciudad. Es la propia "ciudad levítica", un ente casi personificado, con sus calles y edificios cargados de historia y sus ciudadanos que rinden culto a las tradiciones y supersticiones.
En esta ciudad, que parece desafiar las leyes de la física y la lógica, sus habitantes se mueven entre el fervor religioso y la herejía, en un espacio donde lo sagrado y lo profano coexisten en una tensa armonía. Se nos presenta como un lugar donde los ideales griegos de observación y control se mezclan con una atmósfera casi tiránica, donde cada piedra y cada rincón tienen una historia que contar.
Del Pozo utiliza un lenguaje rico y evocador para pintar un retrato vívido de esta ciudad enigmática y de sus personajes, que son tan parte del paisaje urbano como las iglesias y los ríos que la rodean. La novela es un viaje por la memoria, el mito y la identidad, que cuestiona la realidad de lo que se ve y lo que se recuerda. A través de las historias de David y los demás personajes, "Ciudad levítica" explora temas de nostalgia, destino y la eterna lucha entre el progreso y la perduración de lo antiguo.
En resumen, "Ciudad levítica" no es solo un libro sobre una ciudad y sus habitantes, sino una reflexión sobre cómo los lugares que habitamos nos forman y, a veces, nos confinan. Una lectura obligatoria para aquellos que disfrutan de la literatura que desafía la percepción y enriquece el espíritu.