"Cómo el hombre se hace inmortal" de Nikos Kazantzakis es una obra que desafía y profundiza en los límites de la existencia humana y su búsqueda eterna de significado más allá de la mortalidad. En esta obra provocativa, Kazantzakis explora la capacidad del hombre para alcanzar una forma de inmortalidad a través de sus acciones, pensamientos y legado, en un estilo que recuerda al de Nietzsche por su profundidad filosófica y su desafío a las normas establecidas.
La trama se desarrolla en un contexto donde el protagonista, enfrentado a su mortalidad, inicia una intensa búsqueda de transcendencia. A través de su viaje, el autor introduce diálogos y reflexiones sobre la naturaleza humana, la espiritualidad, y el deseo intrínseco de dejar una huella permanente. Kazantzakis utiliza un estilo narrativo que combina elementos de la novela filosófica con una prosa poética, lo que permite a los lectores sumergirse en las profundidades de las preguntas existenciales que el libro plantea.
El libro no solo es una indagación sobre la inmortalidad en el sentido literal, sino también sobre cómo las ideas y acciones de una persona pueden influir y resonar en las generaciones futuras. Este tema se entreteje con críticas a la doctrina religiosa tradicional y las estructuras de poder, lo que ha llevado a controversias y debates en el ámbito cultural y religioso, especialmente en su Grecia natal. La confrontación de Kazantzakis con estas instituciones se refleja en la recepción de su obra, a menudo vista como revolucionaria o herética.
En última instancia, "Cómo el hombre se hace inmortal" no solo cuestiona qué significa ser eterno, sino que también invita a los lectores a reflexionar sobre cómo las vidas que vivimos y las elecciones que hacemos resuenan más allá de nuestra propia existencia. Con una mezcla magistral de narrativa y filosofía, Kazantzakis nos ofrece una obra que es tanto un desafío intelectual como una rica experiencia literaria, asegurando que, al igual que sus ideas, su nombre y legado perdurarán.