"Corona de flores" de Javier Calvo es una novela que nos transporta al último cuarto del siglo XIX en una Barcelona que está lejos de ser la ciudad brillante y modernista que muchos imaginarían. Calvo nos sumerge en una urbe sucia, en construcción, con callejones oscuros y rincones plagados de secretos, donde el terror gótico encuentra un escenario perfecto para desplegar sus sombras.
La narrativa de Calvo, influenciada por una diversidad de fuentes que incluyen desde clásicos literarios como "El conde de Montecristo" y relatos de Poe y Lovecraft, hasta elementos del cine y la televisión contemporáneos como "Seven" y "Carnivále", crea una atmósfera visualmente rica y tenebrosa. Sin caer en una prosa demasiado recargada, logra un ambiente oscuro y opresivo que captura al lector desde las primeras páginas. Los personajes, que van desde un científico enajenado hasta un político corrupto, son figuras familiares del género de terror pero dotadas de una identidad propia que los hace frescos y convincentes.
La estructura de la novela está bien armada, con un ritmo que avanza firme a través de capítulos que casi funcionan como escenas individuales, cada una añadiendo tensión y profundidad a la trama. Un par de capítulos intermedios ofrecen flashbacks que resultan esenciales para entender mejor a los personajes y sus motivaciones, aunque esta técnica también contribuye a la complejidad de una trama ya densa con múltiples hilos narrativos.
El principal desafío de "Corona de flores" radica en su final. Con tantos personajes oscuros y un enredo de intrigas, el desenlace puede sentirse algo abrupto y no totalmente resuelto, dejando una sensación de incompletitud que puede frustrar a algunos lectores. Sin embargo, la habilidad de Calvo para mantener el suspense y el interés hasta la última página es innegable, y su dominio del escenario y la atmósfera hace que la novela merezca la pena a pesar de sus imperfecciones en la conclusión.
En resumen, "Corona de flores" es una recomendación sólida para los aficionados al género gótico y a las historias de misterio y terror ambientadas en escenarios urbanos del siglo XIX. Javier Calvo, con su estilo distintivo y su capacidad para fusionar influencias, ha creado una obra que, aunque imperfecta en su resolución, es un viaje intrigante y oscuro por una Barcelona que pocos reconocerían hoy en día.