En "Cowboys", una obra temprana y emblemática de Sam Shepard, el dramaturgo explora las complejidades de la identidad y la desintegración de los sueños en el árido paisaje del oeste americano. La obra, escrita durante los albores de su carrera, destila las influencias de la vida rural y las experiencias personales de Shepard, fusionadas con su característico estilo crudo y poético.
La historia se centra en dos personajes, simplemente llamados Hombre 1 y Hombre 2, cuya relación fluctúa entre la camaradería y la rivalidad a lo largo de la trama. Ambos personajes son vaqueros, representativos del idealizado Oeste Americano, pero Shepard los despoja de cualquier romanticismo tradicional, presentándolos como figuras perdidas en un paisaje de desilusión y redundancia.
A lo largo de la obra, los diálogos entre Hombre 1 y Hombre 2 revelan sus sueños rotos, sus luchas internas y sus intentos por encontrar significado en un mundo que parece haberlos dejado atrás. Shepard juega con el tiempo y la memoria, utilizando monólogos intercalados que se mezclan con la acción en escena para crear una atmósfera de ensueño y a veces surrealista. Esta técnica permite que los personajes se enfrenten no solo entre sí, sino también con sus propias versiones idealizadas y pasadas de sí mismos.
"Cowboys" es también un estudio sobre la masculinidad, explorando cómo estos hombres se relacionan entre sí y con su entorno. Shepard desentraña las facetas de su bravuconería, su vulnerabilidad, y su soledad, presentando un retrato crudo pero empático de hombres que están al borde de la obsolescencia cultural. Los temas de la obra resonarán en aquellos familiarizados con el desencanto del sueño americano y la búsqueda de autenticidad en un mundo cada vez más homogeneizado.
Al final, "Cowboys" es una obra que desafía tanto en forma como en contenido. No ofrece soluciones fáciles ni consuelo, sino que presenta una visión inquebrantable de la vida en los márgenes, donde los viejos ideales del Oeste chocan con la cruda realidad del mundo moderno. Shepard, con su característico lirismo y su aguda observación social, invita al espectador a cuestionar sus propias percepciones de libertad, identidad y pertenencia.