"Cristo se detuvo en Éboli" es una obra maestra de la literatura italiana escrita por Carlo Levi, quien nos comparte su experiencia durante el exilio impuesto por el régimen fascista de Mussolini. A través de sus páginas, Levi nos sumerge en la vida de los pueblos de Lucania, una región que parece haber sido olvidada por el tiempo y por el mismo Cristo, según la expresión local que da título al libro.
Carlo Levi, un médico, pintor y activista político, es enviado a Aliano (nombrado Gagliano en la novela), un remoto pueblo del sur de Italia, como castigo por sus ideales antifascistas. Allí, el autor se encuentra con una realidad completamente diferente a la vida urbana y moderna a la que estaba acostumbrado. La narrativa, escrita con una mezcla de autobiografía, diario y reflexión histórica, explora la vida de los campesinos de Lucania, mostrando sus costumbres, mitos y una sabiduría que ha sobrevivido marginada de los avances del resto del país.
Levi describe con detalle y empatía la dura realidad de los campesinos que luchan no solo contra la pobreza, sino también contra el paludismo y la injusticia social. A través de sus interacciones con los locales y su labor como médico en la comunidad, Levi se convierte en testigo de la resignación y la sabiduría antigua de un pueblo que, a pesar de ser visto como primitivo por el mundo exterior, posee una riqueza cultural y humana inigualable.
La obra es también un documento valioso sobre la antropología y la historia social de Italia, mostrando cómo la segregación y el abandono han marcado estas tierras. A través de su escritura lírica y reflexiva, Levi no solo cuenta historias de las personas que conoció, sino que también critica el progreso que, en nombre de la modernidad, ha olvidado y dejado atrás a muchos.
Publicado por primera vez en 1945, "Cristo se detuvo en Éboli" no solo es un relato sobre el exilio y la injusticia, sino una profunda reflexión sobre la condición humana y el poder de la empatía en un mundo dividido. Es una obra que desafía al lector a mirar más allá de su entorno y a reconocer la universalidad del sufrimiento y la resistencia humana.
