De coniugiis adulterinis es una obra menos conocida de San Agustín, que aborda la cuestión del matrimonio y la adulteración de este sacramento desde una perspectiva teológica y moral. Dividido en dos libros, este tratado profundiza en las complejidades de las relaciones conyugales y las infracciones morales asociadas al adulterio, un tema de gran relevancia en el contexto cristiano y social de su tiempo.
En el primer libro, San Agustín examina el matrimonio como una institución divina y un sacramento esencial para la sociedad cristiana. Argumenta que el matrimonio no solo es un contrato entre dos partes, sino un vínculo espiritual que refleja la unión entre Cristo y la Iglesia. Desde esta perspectiva, cualquier acto de infidelidad no solo rompe un contrato terrenal, sino que también deshonra un pacto sagrado. Agustín utiliza citas bíblicas para reforzar sus argumentos, mostrando cómo la fidelidad matrimonial es fundamental para la vida cristiana.
En el segundo libro, el enfoque se desplaza hacia las consecuencias espirituales y sociales del adulterio. San Agustín discute las implicaciones morales de las acciones que transgreden la santidad del matrimonio. Con un tono a veces pastoral, a veces reprobatorio, analiza los efectos del adulterio en la comunidad, la familia y el alma del individuo. Propone que la penitencia y el arrepentimiento son esenciales para restaurar la gracia en aquellos que han caído en tales pecados, enfatizando la misericordia de Dios como un recurso para la redención.
Este trabajo no solo refleja la visión de San Agustín sobre la moralidad y la ley eclesiástica, sino que también proporciona una ventana a las normas sociales y las expectativas de la antigüedad tardía respecto al matrimonio y la fidelidad. Aunque es un texto específicamente religioso, sus reflexiones sobre la naturaleza humana y la ética son de relevancia perdurable.
En resumen, De coniugiis adulterinis ofrece una profunda exploración de las creencias de San Agustín sobre la integridad matrimonial y la moralidad, articulando una defensa rigurosa del matrimonio como una unión sagrada y exponiendo las ramificaciones del adulterio en el tejido de la comunidad cristiana. Este tratado no solo es un documento teológico importante, sino también un testimonio elocuente de los valores y preocupaciones de una de las figuras más influyentes del cristianismo primitivo.