En "De la tragedia y otros ensayos sobre el gusto", David Hume explora con agudeza y profundidad aspectos fundamentales de la estética y la moral a través de tres ensayos que son esenciales para entender la filosofía del gusto del siglo XVIII. Publicado por Editorial Biblos, este volumen se compone de textos que no solo reflexionan sobre la naturaleza del placer estético, sino también sobre su relación con la ética y la formación del juicio crítico.
El primer ensayo, "De la tragedia", indaga en el curioso placer que los seres humanos encuentran en las representaciones de lo terrible y doloroso. Hume desentraña cómo y por qué los eventos trágicos en el arte pueden generar una respuesta emocional positiva en el espectador, una paradoja que sigue siendo relevante en los estudios contemporáneos sobre la estética de la recepción.
En "De la delicadeza del gusto y la pasión", el filósofo escocés argumenta que la educación y refinamiento del gusto no sólo enriquecen la experiencia estética del individuo, sino que también fortalecen su capacidad moral. Hume postula que un gusto cultivado puede llevar a juicios más empáticos y éticos, ofreciendo una interesante conexión entre la percepción estética y las decisiones morales en la vida cotidiana.
El tercer ensayo, "Del cierto criterio del gusto", presenta una meditación sobre cómo, a pesar de las diferencias individuales, existen ciertos estándares que pueden considerarse casi universales en la evaluación estética. Este texto es crucial para entender el debate entre el relativismo y el universalismo en los juicios de gusto, un tema que continúa siendo central en las discusiones filosóficas y críticas sobre el arte y la cultura.
Traducidos y anotados por Macarena Marey, estos ensayos no solo son accesibles para el lector contemporáneo, sino que también se presentan como textos clave para estudiantes y académicos interesados en la filosofía de la estética, la ética y la intersección entre ambas. "De la tragedia y otros ensayos sobre el gusto" invita a una relectura de Hume que es tanto un desafío como un deleite, reflejando su permanente relevancia en el debate filosófico actual.
