En "Diario de un genio", Salvador Dalí nos ofrece una ventana privilegiada hacia su vida y pensamiento entre los años 1952 y 1964, desvelando aspectos íntimos de su existencia y su proceso creativo. Este diario, continuación de "Mi vida secreta", se presenta no solo como un registro personal, sino como una obra de arte en sí misma, donde Dalí explora los límites de su mente y su arte con una mezcla de humor sarcástico e ironía mordaz.
Dalí se retrata a sí mismo con una honestidad brutal, revelando sus obsesiones, sus métodos de trabajo, y su relación con las figuras y los paisajes que lo rodean. A través de sus palabras, se dibuja el retrato de un hombre que ve en el arte y en la vida un espectáculo continuo, una serie de oportunidades para la creación y la autoexploración. El diario detalla sus pensamientos sobre contemporáneos como Picasso y Buñuel, así como su admiración por Rafael Sanzio, destacando su influencia en la percepción daliniana del arte y la belleza.
Además de sus reflexiones sobre el arte y sus contemporáneos, Dalí no escatima en detalles sobre su vida cotidiana, desde encuentros con pescadores en su amado Port Lligat hasta interacciones con la élite cultural de Nueva York. El libro está salpicado de anécdotas peculiares y a veces grotescas, como su uso de moscas en el bigote para inspirarse, o sus descripciones detalladas y humorísticas de sus propias dolencias físicas. Estos relatos sirven para enfatizar la naturaleza teatral con la que Dalí veía y vivía el mundo.
El amor de Dalí por su musa Gala permea el texto, mostrando un lado más tierno y personal del artista, en contraste con las críticas a menudo ácidas que reserva para otros. Su relación con lo divino y lo espiritual también se ve reflejada en las páginas del diario, revelando un hombre de contradicciones y complejidades, constantemente en busca de nuevos significados y simbolismos en su entorno.
En conclusión, "Diario de un genio" es una obra fascinante que no solo ofrece insights sobre Dalí como artista, sino que también despliega su vida como una obra maestra en constante evolución. Entre la realidad y la exageración, el genio de Dalí brilla, mostrándonos que la vida, al igual que el arte, es un lienzo para la experimentación y la expresión sin límites.