En "Dos poemas (Versos divinos)", Gerardo Diego nos ofrece una introspección poética que abraza la vejez y la religiosidad con una serenidad que distingue su obra de sus contemporáneos. Publicado en 1971, este libro se compone de reflexiones que el poeta ha ido esculpiendo a lo largo de su vida, culminando en una obra que no solo refleja su madurez literaria, sino también su profunda fe católica. A través de estos poemas, Diego explora temas universales como el tiempo, la muerte y la eternidad, con un enfoque que es al mismo tiempo íntimo y universal.
La singularidad de "Versos divinos" reside en su compromiso con la ortodoxia católica, una constante en la vida del poeta, que se refleja en su poesía como un diálogo continuo con su creencia en un más allá. Un ejemplo notable es el poema dedicado a la vejez de Matusalén, donde Diego medita sobre la vida y la muerte con una tranquilidad y resignación que desafían el dramatismo típico en torno a estos temas. Este poema, y otros en el libro, utilizan el endecasílabo blanco, demostrando la maestría técnica de Diego y su capacidad para infundir forma clásica con contenido contemporáneo.
Dentro de "Versos divinos", Diego también se aventura en la temática bíblica del Antiguo Testamento, algo relativamente inexplorado en la lírica española moderna, donde predominan más los temas evangélicos y marianos. Esta elección no solo refresca el panorama poético de su tiempo sino que también subraya la profundidad de la fe del poeta, que ve en estos textos antiguos ecos y resonancias en su propio vivir y sentir. La sección final del libro se dedica a la vida de Jesús, abordando varios episodios evangélicos con un estilo que mezcla lo narrativo y lo descriptivo, permitiendo que cada escena brille con luz propia mientras sostiene una coherencia temática y espiritual.
Así, "Dos poemas (Versos divinos)" no solamente marca un hito en la carrera de Gerardo Diego sino que también representa una contribución significativa a la poesía religiosa española. Con esta obra, Diego no solo consolida su reputación como uno de los grandes poetas españoles del siglo XX, sino que también ofrece un testimonio poético de su fe, ofreciendo a los lectores una visión profundamente personal y universalmente resonante de la vida, la muerte y la eternidad.
