Publicada en 1950, "El camino" de Miguel Delibes es una novela que retrata la vida en una pequeña aldea castellana en la España rural de la posguerra. La historia se centra en Daniel el Mochuelo, un joven que, a punto de dejar su pueblo natal para continuar sus estudios en la ciudad, reflexiona sobre su vida y las experiencias que ha compartido con sus dos inseparables amigos, Germán el Tiñoso y Roque el Moñigo.
La novela se sumerge en la naturaleza, un elemento esencial en la obra, donde los personajes principales exploran y cometen travesuras, permitiendo a Delibes conectar profundamente con el entorno rural que conoció en su infancia. A través de estas experiencias, los jóvenes protagonistas enfrentan el ciclo de la vida y la muerte, temas que se presentan con crudeza pero también con una sensibilidad que revela la fragilidad de la existencia humana.
La muerte es una presencia constante en la novela, marcando profundamente la percepción del mundo por parte de Daniel. Desde el fallecimiento de amigos hasta el trágico suicidio de un personaje despechado, estas pérdidas son un rito de paso doloroso de la infancia hacia una madurez precoz. Delibes utiliza estos eventos para cuestionar la inocencia de la niñez y la inevitabilidad de la muerte.
Paralelamente, "El camino" explora el amor y la amistad. Los lazos entre Daniel, Germán y Roque son retratados con una autenticidad que evoca la lealtad y la complicidad. El amor no correspondido de Daniel por la Mica y su eventual aceptación de sus sentimientos hacia Mariuca-uca añaden una capa de emotividad y desarrollo personal al protagonista.
Delibes también ofrece una crítica social y cultural a través de sus personajes, como la Guindilla mayor, una beata que representa una visión hipócrita del cristianismo. Este personaje, junto con otros, sirve para criticar las costumbres y las actitudes sociales de la época, mostrando cómo pueden influir en la comunidad y en la formación de los jóvenes.
En resumen, "El camino" no solo es una historia sobre crecer y los cambios inevitables que conlleva, sino también una reflexión profunda sobre la vida, la muerte, el amor y la amistad, todo ello enmarcado en el detallado y emotivo paisaje de la España rural de posguerra. Miguel Delibes, con esta obra, no solo encontró su voz narrativa, sino que también ofreció una mirada íntima y crítica a la sociedad de su tiempo.
