En "El cuchillo", Patricia Highsmith teje una intrincada red de suspense psicológico que atrapa desde sus primeras páginas. Walter Stackhouse, un joven abogado lleno de promesas, vive una vida aparentemente idílica con su esposa Clara en una casa encantadora de un tranquilo suburbio. Sin embargo, bajo esta fachada de perfección, se ocultan fisuras profundas. Clara, con su comportamiento distante y su excesiva devoción por su perro, ha comenzado a aislar emocionalmente a Walter, sembrando en él semillas de descontento y oscuras fantasías.
La trama da un giro dramático con el asesinato de Helen Kimmel, una respetable mujer de clase media. Aunque inicialmente parece que su marido puede ser el culpable, el crimen desencadena una obsesión en Walter, quien se ve reflejado en el espejo de ese acto violento. Las preguntas sobre la posibilidad de matar a Clara comienzan a consumirlo, arrastrándolo hacia el abismo de una trama criminal más compleja de lo que jamás imaginó.
Highsmith, maestra del suspense, explora no solo el acto del asesinato en sí, sino también el desarrollo psicológico profundo de sus personajes. Walter, atrapado en su propia mediocridad y frustraciones, se convierte en un hombre que, aunque busca parecer inocente, sus acciones imprudentes lo llevan a una serie de errores fatales. Su visita a Melchior Kimmel, el presunto asesino de su esposa, es un intento torpe por encontrar respuestas, pero solo sirve para enredarlo más en una red de culpa y sospecha.
La novela es un estudio meticuloso sobre cómo las personas ordinarias pueden ser llevadas a cometer actos extraordinarios bajo las circunstancias correctas. Highsmith utiliza a Walter para demostrar cómo la mala fortuna y las malas decisiones pueden precipitar una caída vertiginosa hacia actos irrevocables. El título de la novela, aunque en inglés sugiere torpeza ("The Blunderer"), en español se presenta como "El cuchillo", enfocando la atención en el instrumento del crimen, pero es la psique de Walter y su deterioro lo que verdaderamente conduce la historia.
Con una escritura que atrapa y libera al lector solo al final, "El cuchillo" es tanto un thriller psicológico como una exploración filosófica de la culpabilidad y la identidad. Highsmith, una vez más, demuestra por qué es considerada una de las grandes narradoras de historias de suspense y crimen, capaz de transformar lo cotidiano en algo perturbadoramente inquietante.
