"El día que murió Marilyn" es una novela de Terenci Moix que sumerge al lector en la evolución de una familia a lo largo de varias generaciones, explorando los cambios socioculturales de España desde la Guerra Civil hasta los años sesenta. A través de una narrativa envolvente y personajes profundamente humanos, Moix ofrece una mirada íntima al paso de la clase obrera a la burguesía en Barcelona, una transformación impregnada de esperanza, desilusión y lucha interna.
La estructura del libro está dividida en cinco partes, comenzando con "La Amèlia", donde conocemos a la matriarca de la familia Quadreny. A través de sus ojos, vemos las dificultades y triunfos post-guerra civil, marcados por un matrimonio complicado con Joaquín, un hombre marcado por secretos y traiciones. Amèlia, inicialmente una mujer trabajadora y humilde, se ve catapultada a una vida de opulencia que no solo cambia su estatus social, sino también su identidad y valores.
En "Bruno", seguimos la vida de uno de los hijos de Amèlia durante su infancia y adolescencia. Bruno, atrapado en la transición de su familia de la pobreza a la riqueza, experimenta tanto la inocencia de su juventud como las complejidades de crecer en un entorno cambiante. Su relación con Jordi, su mejor amigo, y las experiencias compartidas, reflejan las tensiones y descubrimientos propios de su edad, incluyendo la exploración de su sexualidad.
"Jordi" se centra en el amigo íntimo de Bruno, ofreciendo una perspectiva sobre la vida de un joven homosexual en una época de represión y juicio. Jordi, a través de sus experiencias en ambientes marginales y relaciones tormentosas, ilustra la lucha por la aceptación personal y social en un contexto de hostilidad.
En "Xim", la historia se remonta a la vida del padre de Bruno, proporcionando un contexto más amplio sobre los orígenes y las motivaciones de la familia. Su vida, marcada por la ambición y el deseo de superación, establece las bases sobre las que se construye y se desmorona su familia.
Finalmente, "Los cachorros" cierra la saga familiar, mostrando las nuevas generaciones y cómo los legados de sus antecesores influyen en sus vidas. La muerte de Marilyn Monroe actúa como un símbolo del fin de una era y el comienzo de otra, tanto en el ámbito global como en la vida íntima de los personajes.
Terenci Moix, con "El día que murió Marilyn", no solo cuenta la historia de una familia, sino que también pinta un retrato vívido de una sociedad en transición, explorando temas de identidad, cambio social y la eterna búsqueda de pertenencia.