"El disputado voto del señor Cayo" de Miguel Delibes es una reflexiva novela que contrasta dos mundos en un momento crítico de la historia española, durante las primeras elecciones de la Transición democrática. Ambientada en un solitario y desolado pueblo del norte de Castilla, la obra nos presenta a su protagonista, el señor Cayo, un anciano campesino que representa la sabiduría y los valores de una vida rural en vías de extinción.
La trama se desarrolla cuando tres jóvenes militantes de un partido político llegan al pueblo con el objetivo de ganar el voto del señor Cayo y de su único vecino, con quien ni siquiera mantiene comunicación. Estos militantes, llenos de ideales urbanos y modernos, se encuentran de frente con un modo de vida completamente ajeno y una percepción del mundo que desafía sus propias creencias. A través de sus interacciones con el señor Cayo, los jóvenes experimentan un choque cultural que les hace cuestionar la supuesta superioridad de la vida en la ciudad frente a la conexión profunda con la naturaleza y la sabiduría tradicional que Cayo encarna.
Delibes utiliza este encuentro para explorar y criticar la rápida modernización y el abandono del campo castellano, mostrando un gran respeto y nostalgia por un modo de vida que considera más auténtico y enriquecedor. La novela no solo es una narración sobre el enfrentamiento entre lo rural y lo urbano, sino también una sátira hacia las políticas oportunistas y superficiales que caracterizan a los recién llegados, en contraste con la vida plena y arraigada de Cayo.
Con su característica prosa cuidada y evocadora, Delibes logra en "El disputado voto del señor Cayo" no solo contar una historia, sino también pintar un retrato emotivo de una España rural que se desvanece. Este es un relato que invita a la reflexión sobre el valor de las raíces y la identidad, y sobre cómo estas se ven desafiadas por el avance inevitable de la modernización. La novela es, en última instancia, un homenaje a esos pequeños mundos olvidados y a las personas que aún los habitan, encapsulando la melancolía y la belleza de lo que se ha perdido en el camino hacia el progreso.