En la obra "El dragón del fuego", Jacinto Benavente, laureado con el Premio Nobel de Literatura en 1922, nos sumerge en un escenario ficticio repleto de intrigas y conflictos que reflejan la tensión colonial en la India durante el dominio británico. Ambientada en el imaginario Reino Oriental de Nirvan, que simboliza a la India, la pieza teatral se desarrolla en tres actos y un prólogo, divididos en nueve cuadros, donde cada escena meticulosamente construida aporta a la narrativa un rico tejido de simbolismos y alegorías.
La trama principal gira en torno al Rey Danisar, cuya debilidad de carácter le impide gobernar efectivamente y mantener a raya las intrigas cortesanas. La llegada de aventureros del Reino europeo de Silandia, que con la aquiescencia del rey buscan apoderarse de las riquezas de Nirvan, marca el inicio de una serie de eventos tumultuosos. A pesar de la oposición de la Reina Dasarata y del descontento popular, los extranjeros consiguen derrocar a Danisar, colocando en el trono a su hermano Durani. En un giro dramático, la Reina Dasarata toma medidas extremas contra Durani, lo que culmina en una revuelta que refleja el levantamiento de los cipayos, una rebelión real contra el gobierno colonial británico que fracasó en 1857.
La obra fue estrenada con éxito el 15 de marzo de 1904 en el Teatro Español de Madrid, con un elenco encabezado por María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza, y ha sido objeto de varias representaciones destacadas, incluida una en 1918 en el Teatro de la Princesa, con figuras como Margarita Xirgu y Matilde Asquerino. "El dragón del fuego" no solo es una pieza de entretenimiento, sino también un comentario agudo sobre el imperialismo y la resistencia cultural, mostrando una perspectiva compasiva hacia los pueblos subyugados que luchan por su independencia.
Esta obra de Benavente, además de ser un testimonio de su habilidad para entrelazar lo personal con lo político, ofrece una visión crítica del colonialismo, tema poco usual entre los intelectuales españoles de su tiempo. Con una estructura dramática sólida y un profundo mensaje humanista, "El dragón del fuego" se mantiene como un texto relevante en el estudio del teatro español y su relación con los movimientos históricos globales.
