El escándalo del siglo, editado por Cristóbal Pera y con prólogo de Jon Lee Anderson, es una recopilación esencial que nos adentra en la faceta menos conocida pero igualmente brillante de Gabriel García Márquez: su labor como periodista. Esta obra nos ofrece una selección de 50 artículos periodísticos que cubren más de treinta años de la carrera periodística de García Márquez, desde sus primeros pasos en periódicos colombianos y venezolanos en los años 50, hasta los artículos que escribió para el diario español El País en los años 80, tras haber ganado el Premio Nobel de Literatura.
La colección nos muestra a un García Márquez que maneja el lenguaje con una maestría incomparable, donde su humor, a veces más sutil en sus novelas, aquí se presenta con una vivacidad contagiosa. Cada artículo es un destello de su genio narrativo, capaz de transformar los reportajes en verdaderas piezas literarias. Este libro no solo es un testimonio de los eventos y personajes que marcaron varias décadas, sino también una muestra de cómo García Márquez veía el mundo: con curiosidad insaciable y una perspectiva crítica que desafiaba lo convencional.
Uno de los artículos destacados, "El año más famoso del mundo", es una crónica del año 1957, donde García Márquez, con su típica hiperbole, nos lleva desde la política británica y la renuncia de Sir Anthony Eden, hasta la cultura popular con la muerte de íconos como Humphrey Bogart y Pedro Infante, pasando por hitos científicos como el lanzamiento del Sputnik. El autor teje estos eventos con un lenguaje que captura tanto la esencia de los hechos como el espíritu de los tiempos, haciendo de cada nota una ventana a la historia.
El escándalo del siglo es, por tanto, mucho más que un libro de periodismo; es una obra que encapsula el pulso de varias épocas a través de los ojos de uno de los literatos más importantes del siglo XX. Este libro es indispensable no solo para los admiradores de García Márquez y su obra literaria, sino para cualquiera interesado en el poder del periodismo narrativo. Al final, tal como deseaba García Márquez, este libro sirve como un recordatorio de su identidad fundamental: antes que literato, un periodista apasionado.
