"El existencialismo es un humanismo", una obra seminal de Jean-Paul Sartre, emerge como un manifiesto poderoso del pensamiento existencialista en una época marcada por la devastación post-Segunda Guerra Mundial. Publicada originalmente en 1946, esta obra es la transcripción de una conferencia dada por Sartre en París, que capta la esencia del existencialismo y su relevancia en el contexto social y filosófico de la época. Se presenta no solo como una defensa, sino también como una explicación detallada del existencialismo frente a sus críticos, especialmente de corrientes cristianas y marxistas.
En su exposición, Sartre aborda el concepto central del existencialismo: "la existencia precede a la esencia". Esta idea rompe con la tradición que sugiere que la esencia o naturaleza de un ser humano viene dada antes de su existencia. En lugar de ello, Sartre argumenta que es la existencia misma la que define a la persona, y es a través de sus acciones como se determina su esencia. Así, cada individuo es arquitecto de su propio destino, libre de elegir y responsable de sus propias acciones sin un diseño divino o histórico predeterminado.
Sartre también contrasta entre dos corrientes dentro del propio existencialismo: la vertiente cristiana, representada por filósofos como Karl Jaspers y Gabriel Marcel, que acepta la existencia de un Dios creador, y la vertiente atea, a la que él mismo pertenece junto a figuras como Martin Heidegger y otros pensadores. En su análisis, Sartre se esfuerza por demostrar cómo, incluso desde perspectivas ateas, el existencialismo ofrece un marco robusto para la autonomía y la responsabilidad moral individual.
El texto de Sartre es accesible y se dirige no solo a un público con formación filosófica, sino también a cualquier persona interesada en entender su propia existencia en un mundo caótico y sin instrucciones preestablecidas. Propone que, frente a un mundo absurdo y sin significado inherente, los seres humanos tienen la libertad y la obligación ética de inventar su propio significado a través de sus elecciones y acciones.
En resumen, "El existencialismo es un humanismo" de Jean-Paul Sartre es más que un texto filosófico; es una invitación a asumir la libertad individual con seriedad y a enfrentar la realidad con valentía y responsabilidad personal. En una época de incertidumbre y reconstrucción, Sartre ofrece una brújula para navegar la condición humana, insistiendo en que somos los creadores de nuestro propio sentido y destino.