En su obra "El fundamentalismo democrático", Juan Luis Cebrián explora la paradoja del término que da título al libro, desentrañando cómo la democracia, intrínsecamente ligada al triunfo de la razón y del positivismo científico, puede ser objeto de una aplicación tan ortodoxa que roza el fundamentalismo. Tradicionalmente asociado con creencias religiosas, el fundamentalismo se caracteriza por la interpretación literal y el riguroso cumplimiento de textos sagrados. Cebrián extiende este concepto a las corrientes políticas que aplican de manera estricta y dogmática las doctrinas de un partido, cerrando filas en una práctica que desvirtúa los principios democráticos.
La obra pone de relieve la tendencia de algunos poderes contemporáneos para adoptar enfoques totalizadores y absolutistas, los cuales, bajo la fachada de democracia, protegen intereses particulares y perpetúan estructuras de poder dominantes. Cebrián argumenta que estas prácticas no solo se alejan de la esencia de la democracia, sino que también se revisten de certezas cada vez más resonantes como el mercado, la globalización y la competencia, desviándose peligrosamente de la sana práctica de la duda y la deliberación.
El texto es especialmente crítico con la situación política en España, donde el autor identifica que estas dinámicas se han intensificado durante los últimos años bajo gobiernos de tendencia derechista. Cebrián discute cómo estas políticas han socavado la convivencia y han traicionado las esperanzas de progreso y libertad que emergieron tras la muerte de Franco. Según el autor, este enfoque ha llevado a un desencanto generalizado y a una serie de renuncias por parte de la ciudadanía, que ve cómo los ideales democráticos son manipulados.
"El fundamentalismo democrático" es una llamada de atención sobre los peligros de adherirse ciegamente a ideologías que, aunque se presentan bajo el manto de la democracia, en realidad socavan sus fundamentos al favorecer a las élites y limitar el verdadero ejercicio democrático. Este ensayo invita a los lectores a reflexionar sobre la importancia de mantener una democracia genuina, crítica y abierta, capaz de adaptarse y resistir las presiones de la ortodoxia y el absolutismo.
