En "El gran duque de Moscovia y emperador perseguido", Lope de Vega teje una intrincada trama de engaños, poder y legitimidad en el turbulento entorno del siglo XVII en Rusia. La obra se centra en la figura del falso Dmitri, un impostor que afirmaba ser el hijo menor del zar Iván el Terrible, presuntamente asesinado en su juventud. Esta afirmación le permite ascender al trono de Moscovia en medio de conflictos y rivalidades. Lope de Vega construye el drama basándose en documentos y relatos de jesuitas presentes en la corte rusa, proporcionando un lente único sobre los eventos que conmocionaron a la nobleza rusa y las potencias europeas.
El drama explora no solo la lucha por el poder, sino también las complejidades de la identidad y la manipulación política. El personaje de Dmitri, rodeado de conspiraciones y traiciones, busca consolidar su poder mientras enfrenta desafíos tanto de dentro como de fuera de su corte. La obra, rica en diálogos elocuentes y situaciones límite, refleja las tensiones entre la verdad y la ficción, y entre el derecho divino y la usurpación. Lope utiliza estos elementos para cuestionar la naturaleza de la legitimidad y el derecho al trono.
La representación del falso Dmitri en la obra de Lope difiere de los registros históricos, pues lo muestra sobreviviendo y manteniendo el control de su imperio, un reflejo de la falta de información precisa que había llegado a España sobre su verdadero destino. Este tratamiento del personaje principal resalta la habilidad de Lope para fusionar la historia con la ficción dramática, creando una obra que, aunque arraigada en eventos históricos específicos, trasciende el tiempo y el espacio para explorar temas universales de ambición, poder y supervivencia.
La obra "El gran duque de Moscovia y emperador perseguido" no solo es significativa por ser una de las primeras representaciones literarias de la era de Boris Godunov y el falso Dmitri en las literaturas europeas, sino también por cómo captura la complejidad de los juegos de poder en un imperio vasto y culturalmente diverso como lo era Rusia en aquel tiempo. Lope de Vega, a través de este drama, demuestra una vez más su maestría en la creación de tramas complejas y personajes multidimensionales que continúan resonando con audiencias contemporáneas.