El hondero entusiasta, escrito por Pablo Neruda entre 1920 y 1923 y publicado una década más tarde, es una obra que encapsula la exuberante juventud del poeta chileno. A sus diecinueve años, Neruda se deja impresionar profundamente por el mar y la bohemia, mientras se afianza en sus raíces sureñas y en el valor de la amistad. Este libro de poesía se distancia del estilo de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, mostrando la influencia del poeta uruguayo Carlos Sabat Ercasty y adoptando un tono casi impenetrable que refleja una juventud ardiente y excesiva.
En esta colección de poemas, Neruda explora la intensidad de sus emociones y la profunda conexión con su musa, Albertina Rosa Azócar. A través de versos cargados de pasión y desesperación, el poeta chileno revela una lucha interna y una demanda vehemente por amor y comprensión. Por ejemplo, en versos como "Rompo mi voz y grito. Mujer, ámame, anhélame. Mi voz arde en los vientos, mi voz que cae y muere [...] Huye. Aléjate. Extínguete. Mi alma debe estar sola", se percibe una vorágine de sentimientos que buscan desesperadamente ser correspondidos.
El libro se abre con el poema "Hago girar mis brazos", que establece un tono sombrío y pesimista, contrastando fuertemente con la sensualidad que impregna el resto de la obra. Este poema, que da título al libro, es una exploración densa y dolorosa del estado emocional de Neruda, utilizando un lenguaje que refleja oscuridad y desesperanza, marcado por palabras como "sufro", "dolor" y "noche".
A pesar de ser considerada una obra "menor" dentro de la bibliografía de Neruda, El hondero entusiasta es un testimonio de la inspiración y el arrebato juvenil del poeta. Los lectores encontrarán en estos versos una embriaguez de estrellas y un torrente de emociones que, aunque a veces parecen inaccesibles, son profundamente evocadoras y representativas de la búsqueda incesante de Neruda por expresar su mundo interior.
Publicada en 1933, esta colección no solo demuestra el desarrollo temprano del talento lírico de Neruda, sino que también ofrece una ventana a los años formativos de uno de los poetas más influyentes del siglo XX. A través de El hondero entusiasta, los lectores experimentan el dolor, la pasión y la intensa sed de vida de un joven Pablo Neruda, en un viaje poético que es tanto personal como universalmente resonante.
