En "El horror de Red Hook", H. P. Lovecraft teje un relato oscuro y enigmático que se adentra en los rincones más sombríos del alma humana y de la sociedad neoyorquina de principios del siglo XX. El cuento sigue al detective de la policía de Nueva York, Thomas F. Malone, quien, tras sufrir una crisis psicológica por un caso perturbador en Red Hook, un distrito de Brooklyn, se ve obligado a tomar un descanso en un tranquilo pueblo de Rhode Island. No obstante, la aparente paz de este retiro se ve truncada por recuerdos del horror que vivió.
Red Hook es descrito como un barrio conflictivo, donde la diversidad cultural se entrelaza con la miseria y la criminalidad. Malone, un hombre culto y con un agudo sentido para lo preternatural, se enfrenta a una serie de secuestros de niños que lo llevan a investigar a Robert Suydam, un enigmático y solitario erudito de ascendencia holandesa. La trama se complica cuando Suydam, recién casado, es asesinado bajo misteriosas circunstancias durante su viaje de bodas, lo que lleva a Malone a una red de rituales arcanos y conocimientos prohibidos que desafían la comprensión humana.
Lovecraft, usando su característico estilo de terror cósmico, explora en esta obra las profundidades de la depravación humana y la posibilidad de realidades ocultas y terribles que subyacen a la superficie de lo cotidiano. La influencia de autores como Arthur Machen y Lord Dunsany es palpable en la narrativa, especialmente en el uso de lo onírico y lo místico como elementos centrales del horror. A través de la exploración de temas como el racismo, la xenofobia y la decadencia urbana, Lovecraft no solo ofrece una crítica de su época, sino que también presenta una visión perturbadora de la naturaleza humana y de la civilización.
"El horror de Red Hook" no solo es una historia sobre el miedo a lo desconocido, sino también una reflexión sobre la reversibilidad de la evolución humana y la eterna lucha entre la luz y la oscuridad dentro de cada individuo. Lovecraft, en este cuento, despliega su maestría para sumergir al lector en una atmósfera de desasosiego, haciendo de esta obra un imprescindible del género de terror.